Generalmente evito escribir sobre política en este espacio. Esto porque además de que es la materia prima de mi trabajo diario con la que desayuno, como y ceno (aunque ahora un poco menos que cuando trabajaba en la consultoría), es motivo seguro de un bajón en mi rating de lectores (si de por sí son sólo dos) a causa de la percepción generalizada de que se trata de un tema aburrido reservado para gente igual de aburrida, habituada a usar palabras tan raras como "sinergia", "coyuntura" e "insolayable".
Sin embargo, en esta ocasión quisiera aprovechar este espacio para externar mis opiniones acerca de la delicada situación que padece el país en estos momentos.
Y es que resulta preocupante que no se le dé la importancia que merece el conjunto de acontecimientos que se han presentado en los días recientes; especialmente los actos de sabotaje del Ejército Popular Revoluacionario a las instalaciones de Petroleos Mexicanos, y la confrontación abierta y frontal entre el Poder Legislativo y las grandes empresas de medios de comunicación del país.
Esto sin considerar que la ola de violencia relacionada con el narcotrafico parece retomar fuerza.
Existe en sudamérica cierto país al que deberíamos mirar para saber qué es lo que debemos evitar. Ese país se llama Colombia; y bueno, ahí no hay Estado y cada quien hace lo que quiere porque además de que a sus habitantes les afecta la altura y los bruscos cambios de temperatura, son demasiado temperamentales (son las vicisitudes de vivir cerca del trópico) . Si no me creen, lean a Montesquieu; especialmente los capitulos del "Espíritu de las leyes" que tratan la relación de los climas con el tipo de leyes de cada país...
... ahora que ya estaba llegando la inspiración me interrumpió una llamada al celular (maldita teconología) y pues ya se me olvidó todo lo que quería decir.
Ya en otro comentario lo expondré con mayor detalle; por ahora seguiré en la angustia acompañado de un buen cafecito.
1 comentario:
jajajajaja te pasaste, justo cuando comenzaba a picarme con tu post, lo interrumpes! Te pasas!
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