27 feb 2007

Cerdo desgraciado

Es así como se podría resumir el pronóstico de los expertos en feng sui respecto al nuevo año chino -basado en el calendario lunar- que comenzó la semana pasada; misma durante la que dejé empolvar esta diminuta pocilga virtual a causa de mis ocupaciones académicas y mi inusual agenda social.

El punto es que para los chinos el año del cerdo es particularmente desafortunado, porque en el movimiento de los elementos básicos, el fuego aparece encima del agua, lo que significaría el recrudecimiento de los conflictos políticos, la inestabilidad económica y el desequilibrio climático.

Por supuesto que ese tipo de pronósticos pueden parecer bastante lógicos y hasta obvios a quienes se dedican a observar de modo más sistemático la dinámica de las sociedades y de la naturaleza, que en cierta medida tienen lugar dentro de ciclos periódicos, acorde a la combinación de elementos poco esotéricos y más bien demasiado mundanos.

De hecho, para un historiador sería fácil formular un pronóstico acerca del estallido de una guerra mundial considerando los planes norteamericanos de establecer bases anti misiles en Polonia y República Checa, so pretexto de neutralizar un potencial ataque iraní con misiles dotados de ojivas nucleares de mediano alcance, ante lo cual Rusia ya reaccionó advirtiendo que podría reactivar la fabricación de misiles y armamento nuclear en caso de que la intención norteamericana prospere.

Por supuesto, el historiador no diría la fecha exacta del estallido de la guerra, pero podría utilizar el mismo lenguaje impreciso que utilizan los profetas de hot line: “en los tiempos venideros habrá una gran guerra de consecuencias horripilantes”, con la obviedad de que cualquier guerra tiene consecuencias horripilantes.

En el caso de los fenómenos de la naturaleza, un meteorólogo podría vaticinar devastadores huracanes y tifones en los meses del verano, a sabiendas de que en Mayo comienza oficialmente la temporada de huracanes y que las corrientes marítimas del norte y del sur del planeta generalmente suelen producir ese tipo de fenómenos; máxime ahora que el deshielo de los polos, generado por el calentamiento global de factoría netamente humana, ha alterado el nivel y la temperatura del agua de los océanos.

Sin embargo y por desgracia, el dicho de un historiador o un meteorólogo resulta menos atractivo que las mamufadas estrambóticas de los tarotistas, expertos en feng sui y videntes de pacotilla.

Así que para muchas personas que creen o intentan asimilar el esoterismo de otras tradiciones culturales, como la china –milenaria y respetable- este es un año de furias, en el que si no nos carga el payaso a causa de un tsunami de grandes proporciones, nos carga por el estallido de una guerra nuclear. Pero de que nos carga, nos carga.

En lo personal creo que mi año del cerdo comenzó desde que decidí renunciar a la consultoría en la que era una de las estrellas principales del show, en aras de continuar mi (de)formación académica, porque desde entonces como que la suerte me ha pintado medio pinche: me dejó mi novia, siendo que tradicionalmente era yo el que terminaba (o nomás desaparecía), comenzaron a gustarme las chicas guapas (aun a sabiendas de que por lo general existe una relación inversamente proporcional entre su belleza y su capacidad intelectual), cuando que antes me gustaban las feas por una razón práctica: son como la culpa, nadie se las quiere echar y por tanto el riesgo de que alguien más arrojado o apuesto las conquiste es mucho menor; de hecho es prácticamente inexistente.

Además, y pesar de que aun conservo mis otros trabajos, mis ingresos se redujeron considerablemente, adelgazando la lista de mis vicios privados (ahora en lugar de DVD’s porno originales son VCD’s piratas de sexo casero y en lugar de “Hustler” es el “Sexacional de mercados”… creo que el cerdo no es el año, sino yo. Terrible, terrible!); y paradójicamente ahora que tengo menos ocupaciones tengo menos tiempo que cuando trabajaba, daba clases, asistía las sesiones de consejo distrital, iba a mis clases de idioma por las mañanas, a mi curso de macramé por las tardes, traficaba con órganos, asaltaba bancos y sacaba a pasear al perro.

Por suerte una amiga y colega muy querida, basada en quién sabe qué teoría esotérica, dice que se trata de una racha con la que se cierra un ciclo y se abre otro en el que los primeros días son vitales para emprender nuevos proyectos y fijarse nuevas metas. Se supone que ya estoy en esos primeros días y por tanto debo pensar muy bien y echar a andar mis nuevos proyectos y metas, a fin de que lleguen a buen término.

Aunque, por otra parte, no debería ser tan malo para mí el año del cerdo considerando que me gustan mucho los tacos de carnitas y de chicharrón. En este sentido, creo que para los únicos que podría ser malo es para los judíos y los musulmanes. Allá ellos.


P.S. En días recientes precisamente mi amiga Elba –la misma de la teoría esoterica- me regaló una espléndida colección de ensayos de Fernando Savater, intitulada “El contenido de la felicidad”.

El autor y el título no son fortuitos; obedecen a una trama de cavilaciones existenciales en la que hemos tomado parte activa desde hace mucho tiempo. La dedicatoria que me escribió en la primera página del libro está genial y creo que es la mejor y más bonita que me han hecho: “Deseando sea feliz a cada instante y que logre comprender mejor a la humanidad con su razón y sus propias pasiones…

Creo que ésa será una de mis nuevas metas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno sería bueno que llevara a la practica su proposito (diablos!!!!!!!no se que me pasa últimamente que me hago bolas con los acentos, dieresis, reglas ortograficas y una tragadera de letras que bueno espero me disculpe por la mala ortografía)
oiga espero que el año del cerdo sea vulnerable, porque yo no estoy dispuesta a soportar más catastrofes en mi vida, y pues bueno le voy a dar guerra para conservar mi sonrisa. Espero que lo mismo haga usted. así hay momentos no olvide que el tiempo es el tiempo, el mundo es el mundo, la vida es la vida y usted es usted siempre, a pesar de ellos.
solo diga al despertar "buenos días arrogante, presuntuoso pero encantador muchacho, hoy es tu día!!! sonría y dispongase a disfrutar los interesantes conflictos de la vida"
los problemas no llegan solos si revisa bien el paquete se dara cuenta que en un rinconcito viene un sobre con letras pequeñas cargadas de claves para resolverlos.
algo así como las revistas de crucigramas o sopas de letras (aunque creo que para usted será mucho rebajarse a leer una de esas revistillas que disque desarrollan el intelecto).
besitos chamaquillo, hasta pronto.

Muñeca dijo...

Es muy cierta la comparación entre creerle a un meteorólogo o a un historiador y no a un esoterista (por así decirlo) pese a que los tres digan lo mismo. Creo que en parte se debe a que seamos tan cortos para entender que las cosas que nos pasan van más allá de lo que la superficialidad de la vida cotidiana nos deja percibir.
Es muy interesante que le interese la onda del feng shui o sui, pero tampoco hecharle la culpa al cerdo!
Puede que todo sea una confabulación milenaria contra usted... pero realmente cree que es probable???

Un beso! y he visto que me ha linkeado ;)