Continuando con mi gesta de resistencia cultural contra el 14 de Febrero, ahora publicaré un fragmento de “El sentimiento trágico de la vida” de Miguel de Unamuno -a saber mi gurú personal- en el que aborda la verdadera esencia del amor, es decir, la tragedia y el drama.
Por fortuna anteriormente transcribí ese fragmento para la elaboración de otro texto; de lo contrario hubiese sido imposible recordar las palabras precisas empleadas por el viejo filósofo español, debido a que tuve a bien obsequiar mi ejemplar de la obra referida, en un acto de buena voluntad y sincero agradecimiento.
Como sea, a continuación cederé este espacio para las palabras de Don Miguel, siempre tan arrebatadas y cargadas de pasión existencial:
El amor trágico
“Porque amar es compadecer, y si a los cuerpos les une el goce, úneles a las almas la pena.
Todo lo cual se siente más clara y más fuertemente aún cuando brota, arraiga y crece uno de esos amores trágicos que tienen que luchar contra las diamantinas leyes del Destino, uno de esos amores que nacen a destiempo o desazón, antes o después del momento o fuera de la norma en que el mundo, que es costumbre, los hubiera recibido. Cuantas más murallas pongan el Destino y el mundo y su ley entre los amantes, con tanta más fuerza se sienten empujados el uno al otro y la dicha de quererse se les amarga y se les acrecienta el dolor de no poderse querer a las claras y libremente, y se compadecen desde las raíces del corazón el uno del otro, y esta común compasión, que es su común miseria y su felicidad común, da fuego y pábulo a la vez a su amor. Y sufren su gozo gozando su sufrimiento. Y ponen su amor fuera del mundo, y la fuerza de ese pobre amor sufriente bajo el yugo del Destino que les hace intuir otro mundo en que no hay más ley que la libertad del amor, otro mundo en que no hay barreras porque no hay carne. Porque nada os penetra más de la esperanza y la fe en otro mundo que la imposibilidad de que un amor nuestro fructifique de veras en este mundo de carne y apariencias”.
Por fortuna anteriormente transcribí ese fragmento para la elaboración de otro texto; de lo contrario hubiese sido imposible recordar las palabras precisas empleadas por el viejo filósofo español, debido a que tuve a bien obsequiar mi ejemplar de la obra referida, en un acto de buena voluntad y sincero agradecimiento.
Como sea, a continuación cederé este espacio para las palabras de Don Miguel, siempre tan arrebatadas y cargadas de pasión existencial:
El amor trágico
“Porque amar es compadecer, y si a los cuerpos les une el goce, úneles a las almas la pena.
Todo lo cual se siente más clara y más fuertemente aún cuando brota, arraiga y crece uno de esos amores trágicos que tienen que luchar contra las diamantinas leyes del Destino, uno de esos amores que nacen a destiempo o desazón, antes o después del momento o fuera de la norma en que el mundo, que es costumbre, los hubiera recibido. Cuantas más murallas pongan el Destino y el mundo y su ley entre los amantes, con tanta más fuerza se sienten empujados el uno al otro y la dicha de quererse se les amarga y se les acrecienta el dolor de no poderse querer a las claras y libremente, y se compadecen desde las raíces del corazón el uno del otro, y esta común compasión, que es su común miseria y su felicidad común, da fuego y pábulo a la vez a su amor. Y sufren su gozo gozando su sufrimiento. Y ponen su amor fuera del mundo, y la fuerza de ese pobre amor sufriente bajo el yugo del Destino que les hace intuir otro mundo en que no hay más ley que la libertad del amor, otro mundo en que no hay barreras porque no hay carne. Porque nada os penetra más de la esperanza y la fe en otro mundo que la imposibilidad de que un amor nuestro fructifique de veras en este mundo de carne y apariencias”.
3 comentarios:
lei todo lo que has escrito desde la vez que vine. Escribes mucho y muy bonito
no hagas caso a los comentarios negativos, yo estudio en administracion en cu igual y un dia te encuentro por alla
cuidate!!
Hola Victor,
hoy me doy un tiempo para venir a leerlo, ya lo extrañaba (leer sus puntadas) pues que le digo, usted y su Miguel de Unamo... mejor sin palabras, pues creo que todo lo que pueda decir compromete, aún esto.
solo una pregunata, en verdad cree usted que amar es compadecer?
porque eso yo me lo quedo de tarea!!!!
buen día estimado Victor
saludos
y ya no le dejo besos no vaya usted a sentirse acosado, lo digo por un comentario que leí por ahí
(risas)
Hola Victor,
hoy me doy un tiempo para venir a leerlo, ya lo extrañaba (leer sus puntadas) pues que le digo, usted y su Miguel de Unamo... mejor sin palabras, pues creo que todo lo que pueda decir compromete, aún esto.
solo una pregunata, en verdad cree usted que amar es compadecer?
porque eso yo me lo quedo de tarea!!!!
buen día estimado Victor
saludos
y ya no le dejo besos no vaya usted a sentirse acosado, lo digo por un comentario que leí por ahí
(risas)
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