En política existe una frase lapidaria que sentencia: "la palabra es plata, pero el silencio es oro". Marcel Marceau, sin ser político, lo entendió muy bien e hizo del silencio su vida.
Entre las múltiples reseñas de la vida de este excelente mimo francés, que a diferencia de otros galos que se han hecho famosos por decir cosas estúpidas (do you remember Lyotard, Derridá y demás hierbas?), alcanzó la celebridad haciendo del lenguaje corporal un arte sútil y entendible (no como las cosas estrambóticas que hacen los del Cirque du Soleil), una que me gustó mucho fue la que hizo Jairo Calixto Albarrán, que en sus breves momentos de lucidez escribe cosas inteligentes.
Aquí las palabras de Jairo Calixto:
"Murió Marcel Marceau, el hombre que nos enseñó a valorar los apetitos del silencio. En un planeta donde el culto a la estridencia y el decibelaje conforma una religión fundamentalista y patibularia, Marceau representaba una encendida resistencia parapetada en la feliz y benéfica ausencia de sonidos. Desde la pantomima del sigilo y la afonía, Marceau ejercía su derecho a la crítica y la finísima ironía. Los efectos de sus gimnasias del sosiego eran más estentóreos y provocadores que una manifestación de sombrerazos, bombazos o encueramientos".
Entre las múltiples reseñas de la vida de este excelente mimo francés, que a diferencia de otros galos que se han hecho famosos por decir cosas estúpidas (do you remember Lyotard, Derridá y demás hierbas?), alcanzó la celebridad haciendo del lenguaje corporal un arte sútil y entendible (no como las cosas estrambóticas que hacen los del Cirque du Soleil), una que me gustó mucho fue la que hizo Jairo Calixto Albarrán, que en sus breves momentos de lucidez escribe cosas inteligentes.
Aquí las palabras de Jairo Calixto:
"Murió Marcel Marceau, el hombre que nos enseñó a valorar los apetitos del silencio. En un planeta donde el culto a la estridencia y el decibelaje conforma una religión fundamentalista y patibularia, Marceau representaba una encendida resistencia parapetada en la feliz y benéfica ausencia de sonidos. Desde la pantomima del sigilo y la afonía, Marceau ejercía su derecho a la crítica y la finísima ironía. Los efectos de sus gimnasias del sosiego eran más estentóreos y provocadores que una manifestación de sombrerazos, bombazos o encueramientos".
3 comentarios:
Los siento pero a mi los mimos me deprimen. Necesito algo de ruido. Aunque sean exabruptos. No se si has visto la película "Paris, je t´aime". Son una serie de cortometrajes relacionados con Paris obviamente. Uno de los mejores está protagonizado por un mimo. Recomiendo la película. Un poco irregular, dada la heterogeneidad de actores, pero sin duda, merece la pena.
Un saludo
Comunicarte sin decir una sola palabra, es un arte que pocos dominan con tal maestría.
La muerte de Marcel Marceau es una pérdida irreparable, se lleva consigo una perspectiva y crítica del mundo vista desde el silencio.
Creo que no sólo en política, sino en la vida diaria el silencio es oro; me parece que es una forma más pura de expresar lo que sentimos.
Que tengas un bonito día.
Y sí. Un minuto de silencio por Marceau no bastaría, y aunque yo le rendí varias horas, creo que lo mejor que podríamos hacer es heredar el silencio, vehículo y dominio suyo, intentando no dañarlo tanto con nuestras palabras.
Abrazo
JM
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