25 ene 2007

Olvido y frustración

Detesto utilizar el pretérito imperfecto en los enunciados porque, al igual que el pluscuamperfecto del subjuntivo, connota un alto grado de frustración debido a que remite a acciones hipotéticas situadas en el pasado, que si bien ya no es posible realizar o corregir, las volvemos condicionales de un presente angustiante.

Así pues, se suponía que hoy publicaría un texto laudatorio de Ryszard Kapuscinsnki a modo de humilde y casi anónimo homenaje postumo a uno de los referentes básicos en mi propia (de)formación literaria; bueno, eso en realidad es una ínfula desmedida porque no tengo strictu sensu una formación literaria. Y el hecho se hace patente en la forma en que escribo, pero digamos que con la lectura de las obras de Kapuscinski se tornó más decente y fluida mi expresión escrita, logrando así que mis amigos dejasen de motejarme "Hegel, el oscuro".

El punto es que hoy no habrá texto laudatorio a Kaspuscinski, porque no obstante haberlo escrito ayer por la noche, en el colmo de mi pendejez olvidé la memoria USB en la cocina de mi casa. De modo que si no la hubiese olvidado -ejemplo claro e irritante del para qué sirve el preterito pluscuamperfecto del subjuntivo- el texto ya estaría publicado (pero no lo está ¡maldita sea!)

Como no sucedió así y no estoy dispuesto a frustrarme por causa de mi propia estupidez, aprovecho que ya estoy aplastadote frente a la compu para expresar el asombro que me produjo enterarme del estreno de "El perfúme. Historia de un asesino", en la cartelera de cine.

Sí, se trata de la adaptación fílmica de la novela homónima de Patrick Süskind, la misma que causó tanta fascinación allá por los años ochenta y noventa, y que a mi en lo personal no me gustó, porque además de tener un tufillo a best seller tiene una construcción bastante simple que abusa de la descripción -y por ende de los adjetivos- del ambiente en el que están situados los personajes. Además, juega peligrosamente con el realismo mágico y si bien se trata de una novela y no de una crónica periodística, esa combinación entre elementos realistas y aquellos otros fantásticos genera cierta confusión en el lector; y el ejemplo más claro es el hecho de el personaje principal -Jean Baptiste Grenouille- pueda elaborar esencias arómaticas a partir de un extraño método para extirpar el olor de jóvenes hermosas.

Con todo, la novela tuvo el mérito de aparecer publicada a mediados de los años ochenta, cuando las generaciones marcadas por el escepticismo producido por la crisis económica mundial -entre ellas la mía- aún no estaban en edad de ir a las librerias o leer novelas, porque de ser así Süskind no hubiese corrido con la buena suerte de que su novela fuese adaptada para el cine hollywoodense (y por ende desvirtuada).

Aunque se trata más bien de una hipótesis muy relativa, debido al buen recibimiento que han tenido novelas ligeras y de fácil digestión, como las de Paulo Coelho o Robert Fisher.

En fin, habrá que añadir "El perfume" a la lista de adaptaciones cinematográficas de obras literarias junto a "El nombre de la rosa" (estupenda adaptación y dirección), "The exorcist" (aunque Blatty hizo la adaptación, la lectura de la novela produce más calosfríos que la pelicula), "La última tentación de Cristo" (magistralmente dirigida por Scorsese), "El código Da Vinci" (definitivamente un churro cinematográfico, al igual que la novela es un churro literario) y toda la demás basura producida por Hollywood (El padrino, La guerra de los mundos, La hoguera de las vanidades y un largo etcétera).

Como sea, reconozco que el morbo mediático es más fuerte que mi virtud anti marketing y quizá algún día de estos vaya a la sala de cine a mirar la actuación de Dustin Hoffman interpretando a Giuseppe Baldini, el maestro perfumista que instruye a Grenuoille.

En tanto iré a darme de topes en la pared por haber olvidado el texto laudatorio de Kapuscinski.

Un saludo

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Víctor,

Gracias por la visita al Olimpo, pues al menos este post me gustó mucho, tu que presumías te escribir frivolidades ;o)

Saludos!

MAEL dijo...

Bueno, espero ver su texto publicado en otro momento, no dramatice a todos nos pasa, aúnque a algunos lo hacemos hábito, no sé si la distracción es mi virtud o mi peor defecto, aúnque imagino que para usted esto no es consuelo.

Hablando de otra cosa; como cree usted que diferir con los demás le hará perder simpatías?
eso solo sucede entre gente sin respeto por la individualidad.
A mi parecer es mejor ser siempre sincero que condescendiente. me fascinan las personas sinceras, auténticas. (conste que no ha pasado usted suficientes pruebas como para afirmar tajantemente que usted es una de ellas, pero bueno tengo la ligera impresion).
Le concedo el 50% de la razón en su comentario el otro 50% me lo quedo, creo fielmente que que cada quien tiene su parte de razón en su verdad, lo díficil en una situación de diferencias es encontrar el punto medio y saber escuchar.
Tengo una teoría, le propongo un experimento de comunicación.
que dice?
le dejo un saludo afectuoso.

pd. Sí un día llega a detestar tanto mis comentarios le propongo algo, solo deje un mensaje "ADIOS A LAS CURSILERIAS" yo entenderé.

Don Pisador dijo...

a mi me gusto! saludos!!

Midori dijo...

Muchas gracias por tus comments, tu blog también se eve bueno, y me encanta que te guste leer literatura!

Anónimo dijo...

Hola Vitochas, gracias por tu comentario a mi ultimo texto en mi blog. Aprecio tus palabras pues sé que eres sincero tanto cuando das una critica positiva como algúna observación que se que siempre es para mejorar.
Con este post me ha entrado curiosidad de conocer un poquito mas de este hombre. Y bueno creo que escribes muy bien y se te da la cosa del análisis y reflexión y no tan solo "estupideces sin sentido" jejeje. Besos.
Tigrilla