Estoy enfermo de gripa. Definitivamente esa no es la mejor manera de comenzar las vacaciones, pero qué remedio.
Resulta que en esta ocasión decidí hacer caso a varios reclamos desatendidos desde hace tiempo. Primero, los de mis sobrinos que siempre me reprochan que ya no los llevo ni a la esquina; y luego, los de la familia legal y ampliada, que siempre me reclama que nunca tengo tiempo para ir a visitarlos. Y aunque ésa es la excusa que siempre utilizo, la verdad es que me da una flojera espantosa tener que visitarlos en los distintos estados de la república en los que se les ocurrió asentar residencia. Por fortuna todos están a menos de 300 kms del Distrito Federal; pues he descubierto que salir 50 kms más allá de ese radio, me provoca salpullido (supongo que por la reacción química que hace el PH de mi piel con el aire limpio).
Así que para acallar esos reclamos decidí organizar un tour de visita familiar con mis sobrinos, que tiene que concluir antes del 18 de Julio, porque al siguiente día tengo que salir del país.
Sí. Desafortunadamente el servicio de migración descubrió mi verdadera nacionalidad y me van a repatriar a Belice; ése pequeño y bananero país caribeño que se da el lujo de pertenecer a la Commonwealth y de tener un dólar que vale 5 pesos mexicanos…
En realidad, la Global Ethic Foundation consideró que sería buena idea mandarme a Nashville, a tomar un curso de verano, y pues me voy un par de semanas.
Pero en tanto eso sucede, en estos momentos tengo que padecer la gripa resultado de nadar en un arroyo de agua helada, y de horas al volante en medio de carreteras aburridas y del sol inclemente.
Por fortuna llevo el repertorio de mi música favorita en el i pod, hasta ahora todo ha salido muy bien, y lo que me pagaron en Zacatecas por andar de mercenario me ha servido para costear los gastos.
Resulta que en esta ocasión decidí hacer caso a varios reclamos desatendidos desde hace tiempo. Primero, los de mis sobrinos que siempre me reprochan que ya no los llevo ni a la esquina; y luego, los de la familia legal y ampliada, que siempre me reclama que nunca tengo tiempo para ir a visitarlos. Y aunque ésa es la excusa que siempre utilizo, la verdad es que me da una flojera espantosa tener que visitarlos en los distintos estados de la república en los que se les ocurrió asentar residencia. Por fortuna todos están a menos de 300 kms del Distrito Federal; pues he descubierto que salir 50 kms más allá de ese radio, me provoca salpullido (supongo que por la reacción química que hace el PH de mi piel con el aire limpio).
Así que para acallar esos reclamos decidí organizar un tour de visita familiar con mis sobrinos, que tiene que concluir antes del 18 de Julio, porque al siguiente día tengo que salir del país.
Sí. Desafortunadamente el servicio de migración descubrió mi verdadera nacionalidad y me van a repatriar a Belice; ése pequeño y bananero país caribeño que se da el lujo de pertenecer a la Commonwealth y de tener un dólar que vale 5 pesos mexicanos…
En realidad, la Global Ethic Foundation consideró que sería buena idea mandarme a Nashville, a tomar un curso de verano, y pues me voy un par de semanas.
Pero en tanto eso sucede, en estos momentos tengo que padecer la gripa resultado de nadar en un arroyo de agua helada, y de horas al volante en medio de carreteras aburridas y del sol inclemente.
Por fortuna llevo el repertorio de mi música favorita en el i pod, hasta ahora todo ha salido muy bien, y lo que me pagaron en Zacatecas por andar de mercenario me ha servido para costear los gastos.
Habrá de dispensar mi estimado lector el desaliño con el que salgo en las fotos; pero como me gusta viajar ligero, olvidé mi rasudora.
1 comentario:
Lindo perro. Así que te vas de tour... muy bien. A ver que tal Nashville, tengo entendido que hay mucho redneck por allá. Pero bueno, son chistosos si no los tomas en serio.
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