Percibía el mundo al revés: al morir, renació.
Marcial Fernández.
Sin el ánimo de exagerar, hacía mucho tiempo que no leía algo tan auténticamente literario como esto que escribió Marcial Fernández.
¡Es fabuloso, profundo, genial, latente, misterioso, hiperbatónico!
Esa breve oración es una suerte de masa crítica en la que se halla toda la potencialidad de la narrativa. Mil historias hay antes del morir, y otras mil hay después del renacer. Sólo hace falta desarrollar el relato que ambos acontecimientos llevan dentro.
La figura de estilo es espléndida, estética y concisa.
Además de evocarme a Monterroso, también me ha recordado a Ítalo Calvino, cuando en las Seis propuestas para el próximo milenio describió al mundo literario como el universo de las posibilidades:
De cualquier modo, todas las ‘realidades’ y ‘fantasias’ pueden cobrar forma sólo a través de la escritura, en la cual exterioridad e interioridad, mundo y yo, experiencia y fantasía aparecen compuestas de la misma materia verbal; las visiones polimorfas de los ojos y del alma se encuentran contenidas en líneas uniformes de caracteres minúsculos o mayúsculos, de puntos, de comas, de paréntesis; páginas de signos alineados, apretados como granos de arena, representan el espectáculo abigarrado del mundo en una superficie igual y siempre diferente, como las dunas que empuja el viento del desierto.
Quien no sienta una profunda emoción al leer estas palabras de Calvino, simplemente ha dejado de existir.
P.S Un saludo para mi súper cuatacho JM que ha venido a visitar esta pocilga virtual.
1 comentario:
Maldita. Creo que he dejado de existir.
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