31 ago 2009

Petersen Farah: Juanito nuestro espejo

Comienza septiembre, mes de fiesta nacional en un país que tiene por tradición festejar lo que en otras culturas nomás no se festeja, como la muerte, la mediocridad y la derrota.

Y no es que sea yo pesimista o negativo; más demasiado realista. En este mes vamos a festejar 199 años de ser un país de fracasos económicos y políticos, que no ha podido salir del subdesarrollo y que no ha logrado ni integrar plenamente, más allá de los simbolismos, a los elementos de su nación, ni resolver problemas crónicos como la pobreza.

Parte de la explicación de esa amarga situación es nuestro ethos nacional, nuestro particular modo de ser como mexicanos, y Diego Petersen, columnista de Milenio Diario, lo ilustra muy bien con su texto acerca de “Juanito”, ése pobre imbécil que ha sido títere de las elites que se disputan el poder en México.

Lo único que le faltó añadir a Petersen en su estupendo texto, es que “Juanito” es el auténtico “mexicano de a pie” y lo que hacen con él los políticos profesionales, es exactamente lo mismo que hacen con todos aquellos “juanitos” que no son iluminados por los reflectores: un ultraje permanente.

Felices fiestas patrias y ¡qué viva México!
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Juanito, nuestro espejo

Diego Petersen Farah

Nunca se quita la banda: él es parte de la banda y la banda es parte de su personalidad. Cada vez más seguido anda de corbata, pero nunca se saca de la cabeza la cinta tricolor que dice: “Juanito somos todos”. Y, pésele a quien le pese, la leyenda es totalmente cierta: Juanito no es sólo un invento de López Obrador, es una síntesis perfecta de la idiosincrasia mexicana. Juanito es como el país y el país como Juanito.

Juanito fue el instrumento para burlar la ley. Ante una decisión, considerada injusta por los afectados (no hay quien pierda un juicio y diga “qué sabio es el señor juez”), los perredistas buscaron la forma de darle la vuelta a la decisión del tribunal: ¿cómo hacemos delegada de Iztapalapa a alguien que el Tribunal dijo que había ganado la elección interna con trampa? Para eso hay Juanitos. Juanito representa ese espíritu de la legalidad burlada o de la ilegalidad acomodada, como se prefiera. Siempre hay forma de darle vuelta a la ley, siempre hay forma de actualizar la frase atribuida a Villa: “acátese, pero no se cumpla”.

Nada es lo que parece. Juanito representa otro valor muy mexicano: la simulación. Todo se puede arreglar, la cosa es simplemente tener claro que eso que ves no es, porque lo que es no se puede mostrar. Juanito es la encarnación de la cultura del prestanombres, tan común, aceptada y recurrida por nuestra clase política y empresarial. Esos terrenos son del empresario fulano, pero en realidad el que está detrás el político zutano. La candidata es la señora tal, pero nomás para cumplir con la cuota de género, luego va a renunciar y el diputado será el señor tal (por cual). Juanito es el candidato, pero la que va a gobernar es Clara. El pueblo es soberano, pero las decisiones las toma Andrés Manuel.

Los simulados también simulan. La historia de Juanito no es distinta a las que se dieron allá en los treinta y cuarenta con los prestanombres de los latifundistas o con los testaferros de la Iglesia católica. Lo que comienza como un acto de buena fe (si quieres te lo firmo ante notario) termina en pleito o despojo. El terreno era tuyo, pero legalmente ahora es mío, así que si quieres vamos mitas. Lo que está demandando Juanito, en un acto de generosidad, él sólo quiere la mitad de los puestos de la delegación. Y que no lo cuquen porque se queda con todo. En este país el verbo simular se conjuga en todas las personas del singular y del plural, y en todos los tiempos.

Todos tranzas pero todos dignos. Cuál es la diferencia entre Juanito o un subsecretario encorbatado al que agarran en la movida. Ninguna. Los dos anteponen la dignidad por delante. La capacidad para echar el rebozazo, sentirse y presentarse como paladines de la legalidad acomodada es infinita. Es parte de la idiosincrasia nacional: en este país nunca hay victimarios, puras víctimas. Y quien tenga duda que revise el santoral de la patria en los libros de historia oficial. Eso sí, en lugar de enredarse en el reboso lo héroes lo hacen en la bandera.

Finalmente, el síndrome del ladrillo. “Los mexicanos nos subimos a un ladrillo y nos da mal de altura”, decía Carlos Castillo Peraza. Difícilmente podemos encontrar un arquetipo del mareo de ladrillo mejor que Juanito. Qué pasó para que el candidato del PT, que el 24 de junio (día del santo de su otro yo) que estaba no solo consciente, sino dispuesto, a perder humillantemente la elección de la delegación de Iztapalapa, de repente se sintiera como un posible candidato a la Presidencia de la República. En 60 días Juanito tuvo un revelación (Jesucristo tardó un poco más en este proceso) y dio el sanpablazo. A San Pablo le cayó un rayo y entendió el mensaje (no dejan de asustarme las formas tan violentas que usa Dios de comunicarse con los mortales); a Juanito lo que le cayó fue un reflector de televisión y un flashazo de Cannon. Y bueno, el señor está a punto de ponerse a escribir epístolas y de comenzar sus parábolas diciendo “en verdad en verdad os digo”.

No hay nada de qué preocuparse, Juanito no llegará a la Presidencia de la República. Si Juanito toma posesión de la delegación Iztapalapa comenzará a sentir lo que es el desgaste del poder y no tardará ni quince días en sufrir la metamorfosis inversa, es decir pasar de “el gran Juanito” al inútil de Rafael. Si no toma posesión y decide dedicarse a la prédica iluminada en la que está metido ahora, se topará con la real mediatik, esto es, se dará cuenta de que su presencia en los medios no era por su carisma o su propuesta, sino porque representaba un forma de joder a Andrés Manuel. A partir del momento en que se resuelva el conflicto en Iztapalapa la droga de los medios, que tanto le está gustando, le va a costar, y ni cobrándole comisión a los empleados de la delegación de Iztapalapa que él coloque lo va a poder pagar.Nada pues debería extrañarnos de Juanito. Es una perfecta síntesis de todos nosotros, de la cultura política que encarnamos. Lo más patético de lo patético de Juanito es que no es sino una síntesis miniatura, una caricatura a escala, de lo que es el país. Juanito es nuestro espejo.

Milenio Diario, 29/08/2009

28 ago 2009

Cuestión de estilo

Leí los comentarios que gentilmente dejaron en mi relato “Carretera” tres de los lectores que eventualmente visitan este blog. En los tres la constante fue la extrañeza causada por el empleo de un estilo narrativo distinto al que habitualmente utilizo para escribir las sandeces que aparecen en este espacio.

La explicación para ése cambio tiene dos causas. La primera es que hacía ya mucho tiempo que no escribía algo parecido a un cuento o relato breve que me permitiera ejercitar el músculo imaginativo. Y la segunda es que la historia del conductor solitario en una carretera asolada por fantasmas estuvo inspirada en algunos hechos verídicos.

Hace un año, más o menos, en una de las primeras ocasiones que comencé a viajar a Poza Rica, Veracruz, se me ocurrió la estúpida idea de hacerlo de noche, ignorando que la neblina es demasiado espesa a esas horas y vuelve aún más riesgoso el circular por la de por si peligrosa carretera Pachuca-Tuxpan. Así que por ahí de la una y media de la mañana decidí parar en un pueblito situado a orillas del camino, todavía en el estado de Puebla que se llama La Uno.

No es por querer agregarle suspenso a mi relato, pero recuerdo que a esa hora comenzó a correr demasiado aire y el polvo se confundía con la neblina, razón por la cual decidí meterme a un comedor de esos que están abiertos las 24 horas y que son atendidos por señoras gordas que les coquetean a los camioneros que usualmente paran en esos lugares para beber café.

En lugar estaba reunido un grupo de camioneros que esperaban a que dieran las cuatro de la mañana para ir a los pueblos cercanos a cargar naranjas. Cuando me vieron entrar me saludaron amablemente y me invitaron a sentarme con ellos; me preguntaron a dónde iba y qué me había parecido la carretera a esa hora de la noche, después de lo cual reanudaron su plática, que versaba precisamente sobre fantasmas, chaneques y demás espectros que según me enteré, son muy comunes en las carreteras.

Algunas historias eran divertidas y otras sí daban miedito, como la de una prostituta que suele aparecerse en un tramo de la carretera Apodaca-Monterrey, para pedirle aventón a los camioneros y después desaparecer una vez dentro de la cabina y con el motor en marcha; o la del tipo que corre desnudo delante de los tráilers en la México-Laredo, más o menos a la altura de Zimapan, en el estado de Hidalgo.

Ésa es la primera parte de mi relato que es verídica.

La otra es una experiencia medio extraña que me sucedió un día que desafortunadamente tuve un accidente en una carretera federal, cerca de Pachuca.

Resulta que pocos minutos después de haberme impactado con mi coche contra la barra de contención, mientras subía una prolongada pendiente a casi 100 kmh, sucedió una colisión múltiple unos metros más atrás de donde yo había chocado, por causa de un derrame de diesel en el carril de alta velocidad.

Mientras que en mi accidente afortunadamente sólo me llevé un gran susto y salí ileso, en el percance que sucedió minutos después sí hubo lesionados graves; tanto que tuvieron que llegar ambulancias y bomberos. Entre el barullo de gente que usualmente se para a babosear en los accidentes, recuerdo que me llamó la atención una pareja como de unos 35 años, que vestían ropa deportiva y pasaron trotando a lado de mi coche abollado y después lo hicieron a lado de los coches del accidente múltiple sin siquiera interesarse por todo el ruido de las ambulancias y las personas que curioseaban mirando el rescate de los heridos; era como si hubiera salido a hacer ejercicio.

Lo interesante del caso es que no había ningún pueblo cercano al lugar del percance y la pareja tenía el aspecto de personas más bien citadinas. Lo más interesante todavía, fue cuando uno de los policías federales que me regañó por conducir a exceso de velocidad, antes de dejarme ir y perdonarme la multa por haber volado un pedazo de la barra de contención al momento del impacto, me dijo que el fin de semana anterior, unos metros más adelante, había ocurrido un accidente en el que habían muerto tres personas.

No sé si las personas que yo vi eran los fantasmas de aquellas otras que habían muerto ahí, o si eran personas reales para nada curiosas. Pero al recordarlo se me ocurrió escribir una historia de ése tipo.

Sé que la fórmula está muy gastada y que difícilmente puede resultar efectiva. Pero compréndame: llevaba mucho tiempo sin escribir algo parecido a un cuento.

Ya a ver si después exploro otro género y me expresan igualmente su opinión.

26 ago 2009

Mochilas

Ayer por la mañana leía una nota que apareció en varios diarios –no es por presumir, o por quejarme, según se quiera ver, pero diariamente leo nueve periódicos- en la que médicos del Seguro Social recomendaban que el peso de las mochilas que cargan los chavitos que van a la primaria no debe exceder el 10% de su peso y talla, porque en caso contrario podrían sufrir lesiones lumbares que se harán explícitas cuando ya sean adolescentes.

En ése momento asocié mis recurrentes lumbalgias con el hecho de que cuando era chaval, tenía que cargar una mochila que pesaba todos los kilos imaginables; hasta parecía tortuga ninja. Así que por culpa de la deficiente educación ofrecida por el miserable Estado mexicano, que nos obligaba a cargar unos libros de texto de ediciones horribles impresas en papel reciclado, hoy millones de personas de mi generación y de generaciones anteriores y posteriores padecemos periódicos dolores de espalda baja.

Por eso es que cuando leía esa nota, e incluso desde antes, cuando vi por primera vez las mochilas de rueditas circular por las inmediaciones de las escuelas, en lugar de sentirme reconfortado porque los chavitos ya no cargarían más con el mismo peso que cargamos muchas generaciones de estudiantes que ahora somos orgullosos analfabetas funcionales, dejé que aflorara mi resentimiento de tipo lopezobradorista y pensé: “porqué ellos van a tener que evitar los pesares que padecimos las generaciones que los procreamos (porque conozco gente de mi generación que ya tiene hijos inscritos en la primaria), ¡ni madres! ¡qué se chinguen también ellos, los muy culeros!”; y es que digo, ya suficientemente fácil lo tienen con i pod, celular, notebook y wii, como para que todavía tengan que ahorrarse el penar de cargar su propia mochila los muy golfillos.

Supongo que desde la comodidad de mi soltería poco me importa la salud de un mozalbete que tiene que cargar 10% más de su propio peso todos los días, y que talvez después mi perspectiva al respecto cambie. Pero mientras eso sucede, y dudo que algún día pueda suceder, seguiré manifestándome en contra de hacerles la vida fácil. A esos apestosillos ya les tocó nacer en un ambiente de mayor libertad, tolerancia y respeto y quizá por ello no lo valoren tanto como nosotros o nuestros padres, a quienes aún les tocó la apoteosis de un régimen de partido dominante y el monopolio cultural e informativo de Televisa.

Como sea, el otro tema del que quiero escribir es que me doy pena a mi mismo por estar gordo. Pero espero dejar de autocompadecerme cuando baje 8 kilos en dos meses, como resultado del régimen al que me sometió la doctora de la clínica de control de peso a la que acudí el fin de semana. Y es que resulta que eso de estar sentado frente a una computadora durante todo el día ha resultado contraproducente para mi metabolismo, porque pasé de 74 a 80 kilos en menos de un año.

La verdad eso de seguir una dieta específica y tener que aguantarme las ganas de comer tacos, quesadillas o flautas de las que venden en los puestos callejeros que hay en cada esquina de cada ciudad y cada pueblo de este país garnachero, no es nada fácil. Pero el objetivo de evitarme problemas de salud en el futuro creo que lo vale.


Y a propósito de garnachas, hace poco encontré este audio en youutube, que es de uno de los promocionales de los juguetes radioactivos que se anunciaban en Radioactivo 98.5, ésa legendaria estación de música alternativa situada en la Ciudad de México durante los maravillosos años noventa. En fin, que dénle play al promo de la "Barbie condechi", que es una crítica super corrosiva a las chicas chic que piensan que piensan, y que pululan por los bares y cafés de la colonia Condesa.


21 ago 2009

Pregunta

Por qué las protagonistas de la política en México son como esto:


Elba Esther Gordillo






¿Beatriz? Paredes

Y no como esto:








Gloria Rojas, Diputada Local del PRI en Jalisco




En política, decía Reyes Heróles, la forma es fondo. Y no cabe duda que las deformidades faciales y corporales de Paredes y Gordillo son una muestra del oscuro y pestilente fondo de la política mexicana. Aunque tampoco la frivolidad de las políticas-modelos es una alternativa viable. Al final lo importante no es si son guapas o no; sino que sean inteligentes, sensibles ante los problemas sociales y creativas y propositivas para generar soluciones.

20 ago 2009

Carretera

Cuando hizo el cambio de luces, los indicadores luminosos incrustados en el asfalto para indicar los límites de los carriles a los conductores en sus trayectos nocturnos, brillaron con más intensidad.

A esa hora los automóviles que circulaban por esa ruta ya eran pocos, como se podía constatar por la kilométrica distancia que los separaba a los unos de los otros. En el sentido opuesto del camino, separado por la barra de contención, eventualmente pasaba algún tractocamión a toda velocidad.

Aquella era una de esas noches de invierno que obligaban a encender la calefacción, para evitar que los cristales se cubrieran de paño. Afuera corría un ligero viento gélido que mecía suavemente las ramas de los árboles situados a unos cuantos metros de la cinta asfáltica.

En el reproductor de música comenzó a sonar una canción que a le gustaba, así que subió el volumen para cantar alguna estrofa con el objetivo de mantenerse atento al camino y disfrutar el viaje, mientras agotaba las dos horas que restaban para llegar a su destino.

Su atención estaba totalmente puesta en la carretera debido a que conducía a la máxima velocidad que permitían los señalamientos. No obstante, súbitamente le vino a la memoria la plática que incidentalmente había escuchado a dos camioneros, mientras bebían café en un comedor cercano a la caseta de peaje que había cruzado algunas horas atrás, en cual también había parado para tomar una cena frugal.

El tema de la conversación, según le había parecido, eran los accidentes automovilísticos que continuamente sucedían en el kilómetro 215+400 de la ruta que en ése momento transitaba.

Uno de los camioneros argumentaba que los percances se debían al inexacto trazo de la curva, que propiciaba que los conductores perdieran el control si la tomaban a exceso de velocidad. Pero el otro refutaba aludiendo a las historias bastante perturbadoras que contaban los paramédicos, policías de caminos y pobladores de las inmediaciones de aquel lugar, relacionadas, unas, con la aparición de espectros terroríficos justo a la mitad de esa curva, y otras, con una rara exigencia por parte del demonio, de un determinado número de almas para compensar todas aquellas que los ingenieros que trazaron esa ruta no le habían entregado al momento de construir el puente que se hallaba 50 kilómetros más adelante.

Una versión muy similar a ésta última la había escuchado muchos años atrás, precisamente a un amigo suyo de profesión ingeniero civil, que le había contado que durante la construcción de una presa en cuyo diseño había participado, los cimientos de la cortina continuamente se derrumbaban sin explicación alguna hasta que una hechicera de la región, recomendada al ingeniero en jefe de la obra por los trabajadores originarios de la localidad en la que ésta se construía, había afirmado que la causa de los derrumbes era la falta de pago a Satanás, que exigía que los cadáveres de cuatro niños fueran enterrados a lo largo del trazo de los cimientos. Su amigo ignoraba si tan absurda y aberrante petición se había cumplido, pero poco tiempo después de haber consultado a la hechicera se reanudó la construcción sin que volvieran a presentarse más derrumbes.

Cuando su amigo le contó esa historia le pareció demasiado fantasiosa. Pero después de haber escuchado un relato similar de boca de esos camioneros ya no le parecía tan supersticiosa y carente de sentido.

En ése momento se sintió invadido por una sensación inquietante que le causó calosfríos, y conciente de que se hallaba conduciendo sólo en aquella carretera, intentó concentrarse sólo en pensamientos relajantes y menos tenebrosos.

En eso estaba cuando leyó la señalización que anunciaba una curva peligrosa un kilómetro más adelante y recomendaba disminuir la velocidad y extremar las precauciones. A partir del kilómetro 214+900 aparecieron las rayas blancas pintadas horizontalmente en el asfalto que indicaban que se tenía que reducir la velocidad y así lo hizo al ver la curva que, efectivamente, estaba mal trazada pues carecía del declive necesario para contener la inercia causada por la velocidad de los automóviles y evitar que éstos se salieran del camino.

Mientras pensaba en que pararía en una gasolinera más adelante para estirar las piernas y beber una taza de café, cambió la canción en el reproductor de música y para hacerlo desvió apenas un instante la vista de la carretera.

Cuando volvió nuevamente los ojos al frente, el instinto le hizo mirar por el espejo retrovisor. Y en ése momento fue cuando sucedió: lo que vio fue la imagen espectral de un rostro ensangrentado que lo miraba suplicante.

Todo sucedió en segundos. Cuando miró nuevamente al frente, aterrado por la visión fantasmal del retrovisor, lo que último que alcanzó a distinguir fue la barra de contención. Luego vino un fuerte estruendo de cristales rotos, láminas abolladas y neumáticos derrapados.

Minutos más tarde, cuando llegaron los paramédicos, lo que encontraron fue un informe amasijo de fierros retorcidas, a unos 10 metros de distancia de la carretera.

El conductor, como todos los otros que anteriormente habían fallecido en el lugar, se hallaba inerte en el asiento, con los brazos colgando a los costados, la cabeza gacha, el rostro bañado en sangre y los ojos abiertos en una expresión de espanto.

Los fantasmas de los que había escuchado unas horas antes, aunque etéreos, eran reales.

19 ago 2009

Facebook: elitismo para todos

Desconozco cuál fue el origen del Facebook, aunque supongo que es muy similar al de otras redes sociales: un grupo de universitarios ñoños de Estados Unidos decidieron crear una herramienta virtual para permanecer comunicados aun cuando ya hubieran dejado sus dormitorios en Harvard o el MIT, para irse a trabajar a Silicon Valley o a algún corporativo transnacional con oficinas en el down Manhttan.

Haiga sido como haiga sido, el punto es que su invento muy pronto se convirtió en una ágil herramienta de comunicación y mucho más pronto todavía, en un instrumento de segregación clasista y en un espacio para el despliegue de la frivolidad.

Por supuesto que para muchos comunicólogos, sociólogos y psicólogos la aseveración anterior podrá parecer desproporcionada y seguramente argumentarán que las redes sociales tienen muchos más elementos positivos que negativos. Pero lo cierto es que detrás de todas esas posibles teorizaciones y consideraciones académicas, está el hecho objetivo de que las redes al estilo Facebook (Hi5, Sonico, Myspace, etc) lo único que hacen es ensalzar el imperio de la imagen, tan propio de un mundo cada vez más visual y superficial como lo es el de este siglo que transcurre y que corresponde a eso que en la década de los 60 Giles Lipovestky llamó “la era del vacío”.

Si de por sí los usuarios de las redes son en su gran mayoría jóvenes con algún grado de escolaridad, los usuarios de Facebook son en su mayoría universitarios graduados o en proceso de formación.

Lejos de favorecer la integración y propiciar un sentido comunitario, las redes sociales propician la afirmación de la identidad individual, medida a través del número de “amigos” incorporados a la red personal que denota el grado de popularidad dado por la correcta o incorrecta construcción del perfil; pero fundamentalmente por las fotografías “subidas” a la página.

En Facebook no hay lugar para la expresión de las ideas escritas; sólo existe un “muro” en el que los visitantes pueden describir cuán fenomenal y “cool” es el propietario del perfil. Y en el caso particular de las chicas, para escribir banales y ridículos comentarios acerca de algún aspecto preciso observado en las fotografías, bien, para pegar versos vacuos y cursis copiados de algún otro lugar.

A su vez, la construcción del perfil del usuario ofrece la oportunidad de proyectar una imagen que no necesariamente corresponde, y en ocasiones es diametralmente contrapuesta a la personalidad real de quien lo construye.

Incluso la decisión acerca de la red en la cual dicho perfil se va a construir determina el nivel de prestigio que se puede obtener. Actualmente la red de moda es Facebook y ya tan solo comunicar que se tiene abierto un perfil ahí es fuente de prestigio social.

Y aquí es donde los argumentos de los comunicólogos y demás hierbas respecto a la utilidad y beneficios de las redes sociales se vuelven difusos, pues de entrada no todas las personas tienen la oportunidad de usar la Internet y menos aun de incorporarse a alguna red social. De hecho esas personas, ya de por si segregadas en el mundo real, son objeto de burdas dinámicas al interior tales como definir el grado de “naquez” o “ñoñez”, y en los casos más extremos, son el pretexto para la formación de grupos de usuarios que descalifican, critican y rechazan a quienes no comparten sus mismos intereses, aspiraciones y exigencias, como los grupos que odiaban a “Marianita”, la niña de ocho años que el PRD empleó como protagonista de los spots en los que explicaba su plataforma electoral.

No obstante, lo irónico de esto es que, tratándose de universitarios, los usuarios de Facebook no hacen nada por preservar el uso correcto del idioma y, por el contrario, pareciera que quieren destruirlo. Y para comprobar esto sólo basta leer algún comentario dejado en el “muro” de un usuario popular.

No niego la importancia y valor positivo que puedan tener las redes sociales. Pero rechazo que sean el último grito de la moda comunicacional y “la” herramienta para democratizar el espacio público virtual y hacerlo más accesible a todo mundo.

Las redes son más bien un espejismo vano y superficial. El espejismo del elitismo para todos.

15 ago 2009

Presunción

En la lógica de que hay que presumir cuando se puede, pues les presumo que se acaba de publicar un libro colectivo en el que colaboré con un artículo.

El libro se llama Declive y reconfiguración de la democracia representativa, es coordinado por Pablo Armando González Ulloa, que es mi amigo y fue mi colega cuando yo aun daba clases en la Facultad; y está editado por Miguel Ángel Porrúa y por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Mi texto se llama “Democratización, realineamiento partidista y crisis de los partidos políticos en México. Apuntes para el análisis” y es precisamente un análisis de algunos de los factores que a mi consideración han propiciado esa situación de descrédito y desconfianza que padecen los partidos en este país de globos, bicicletas e influenzas.

Con toda honestidad no lo recomendaría para lectores no interesados en cuestiones políticas, porque está escrito con un estilo demasiado académico y puede resultar aburrido. Pero si alguien quiere atormentarse un rato leyendo frases como “… las tensiones críticas que han padecido los partidos políticos desde el advenimiento de la alternancia en el poder…” pues arriésguese a acudir a la librería a comprarlo, así contribuirá a que se agote la primera edición y que en una segunda ahora sí me toquen unos billetes como regalías en lugar de libros, como en esta ocasión.

Sólo hay un pequeño error en la edición, pues me cambiaron el apellido materno por otro que quién sabe de dónde lo sacaron; cuando lo leí me irrité un poco y llamé a la Facultad para aclarar el punto y en compensación me dieron una dotación de libros extra.

En fin, que una vez agotado el acto de presunción, paso ahora a quejarme como acostumbro y en esta ocasión la causa de mi inconformidad es la estúpida celebración del pírrico triunfo de la selección nacional de futbol, que le ganó a Estados Unidos en un partido jugado a las tres de la tarde, con el sol a plomo y en condición de local, es decir, en el estadio Azteca.

No es que sea “malinchista” y me niegue a reconocer los triunfos del equipo de futbol. Pero lo que me causa malestar, decepción y hasta tristeza, es que millones de personas tengan que fincar sus esperanzas y el orgullo nacional en un equipo que ni siquiera tiene un buen nivel de juego, que es rehén de los intereses comerciales del duopolio televisivo y sus pléyades de comentaristas ignorantes y barbajanes, y que es un ordinario instrumento de distracción y dominación, por muy izquierdoso y paranoico que esto pueda parecer, aunque no tanto después de leer lo siguiente.

Justamente el día que jugó la selección nacional, que las televisoras han pretendido bautizar con nombres ridículos como “el Tri de mi corazón” o “la selección Azteca”, el mega secretario de Hacienda anunció que debido a la caída de los precios del petróleo y a la recesión económica, para el año 2010 México enfrentará un déficit fiscal de 300 mil millones de pesos, que calificó como el “peor shock financiero” experimentado por el país en los últimos 30 años.

El Universal publicó desde el lunes que, debido a la caída en las participaciones federales, es decir, la lana que el gobierno federal canaliza a los estados y municipios proveniente de las ventas de petróleo y de la recaudación de impuestos, el 85 por ciento de los 2 mil 500 municipios del país están en una situación de quiebra financiera que no les permite ni siquiera pagar la nómina de sus trabajadores u ofrecer servicios públicos básicos, como seguridad pública y recolección de basura.

Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) estimó que al cierre de 2009 se habrán perdido un millón de empleos como consecuencia de la crisis económica, que en México comenzó a resentirse a finales de 2008.

Estas noticias en un país politizado, es decir, con personas interesadas así sea mínimamente en la política, hubieran sido motivo para salir a protestar a las calles. Pero en México pasaron desapercibidas por la enorme publicidad que recibió el partido de la selección.

Ya por la noche del miércoles fue común escuchar que la gente se olvidó de la crisis económica con el triunfo del equipo nacional, y en las imágenes transmitidas por los noticiarios estelares aparecían personas festejando en el Ángel de la Independencia un hecho por demás vergonzante: que la selección está en el penúltimo lugar de su grupo y que podría calificar de panzazo al Mundial.

Eso es posible porque la afición, el electorado y los consumidores mexicanos somos demasiado ingenuos (en mi pueblo emplearíamos la palabra “pendejos”, pero es muy vernácula), perdonamos todo y confiamos acríticamente en los seleccionados, los políticos y los anunciantes de productos.

Dentro de poco acudiremos a las plazas públicas a festejar 199 años de ser el país del “ya merito” y de los fracasos recurrentes, pues qué si no eso es nuestra historia nacional: un compendio de proyectos y empresas fracasadas o desviadas de su rumbo original, justo cuando estaban a punto de alcanzar el éxito.

Hace tiempo que México y los mexicanos perdimos el rumbo y si el futbol fuera una especie de indicador de esta situación, sería alarmante, angustiante y decepcionante comprobar que Honduras y Costa Rica, países apenas un poco más grandes que el estado de Chihuahua, están por encima de nosotros.

Detesto ser el aguafiestas que todo lo critica (en realidad no lo detesto, esto es más bien un recurso de corrección política para cuidar mi imagen), pero tengo que hacerlo, porque no estoy dispuesto a tolerar que la chusma palurda y apestosa siga siendo manipulada, pasiva y estúpida.

Es tiempo, después de casi 200 años de vida técnicamente independiente, de ser más exigentes con nosotros mismos, más críticos y reflexivos, pues sólo de esa manera podremos librarnos de todos esos idiotas que pretenden tratarnos como retrasados mentales, a sabiendas de que estamos habituados a aceptar cualquier cosa, como una selección nacional de futbol integrada por una bola de gatos arrogantes, pretenciosos, ineptos y faltos de cultura, que además tienen sobrenombres de criminales de reclusorio: el “bofo”, el “vasco”, el “parejita”, etc.


P.S. Esta vez creo que sí me excedí, pero era necesario.

12 ago 2009

Matiz

Sólo como mero apunte de presunción debo decir que mientras escribo estas líneas suena en el reproductor de música “Mais Portuant”, del álbum Bye Bye Beauté, de Coraile Clement, que les recomiendo ampliamente que lo compren o que lo bajen de algún blog de música porque simplemente está ¡poca abuela!

Ahora sí, paso a la intención de estas líneas, que es matizar un poco el texto anterior, que copié de una cadena de correo que inexplicablemente se coló a la bandeja de entrada de mi cuenta de Hotmail y que alude y explota sentimentalmente el orgullo de pertenecer a la UNAM.

Reconozco que me dejé llevar por la emoción y que, en el fondo, soy un chico influenciable, porque el texto de marras además de estar pésimamente redactado (me tuve que tomar el tiempo menesteroso en darle un retoque para no presentarlo como originalmente me llegó, porque era una cosa espantosa), contiene una que otra exageración. Aunque lo esencial, que es subrayar la calidad, el prestigio y la centralidad de la Universidad en la historia contemporánea de México, es atinado e indiscutible.

Yo tuve la fortuna de entrar a la UNAM desde los 15 años, cuando fui aceptado en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), allá por la mitad de los años noventa, cuando el país padecía las consecuencias sociales y económicas del “error de diciembre” y el “efecto tequila”, así como los extensos y ridículos comunicados del subcomandante Marcos, las estupideces de Zedillo y las angustias de Angélica Aragón en “Mirada de mujer”, que en ése momento era una novela transgresora y revolucionaria.

Por aquellos entonces el Rector de la Universidad era el Dr. José Sarukhan y si bien la UNAM gozaba de un prestigio un poco a la manera de la frase ésa de “crea fama y échate a dormir”, lo cierto es que empezaba a ser cuestionada y vista con malos ojos por muchos miembros del gobierno federal, que habían estudiado en instituciones privadas como el ITAM, el Tec de Monterrey, la Universidad Iberoamericana y el CIDE, que si bien no es privado, se cree que es uno de los centros de estudio de elite (aunque la verdad yo he conocido a gente de ahí que nomás no da una).

Aunque siempre quise estudiar en la UNAM, o por lo menos desde que tuve uso de razón y se me metió la peregrina idea de ir a la universidad, lo cierto es que en mis tiempos del CCH me dediqué a echar la hueva y fui un alumno promedio: ni bueno, ni malo, pero eso sí, revoltoso y chorero como todo buen ceceachero.

En mis horas libres, que eran dos al día, en lugar de irme a la biblioteca, me la pasaba platicando con mis amigos en “el lugar”, que era el nombre con el habíamos bautizado a una banca que estaba a lado de un árbol que en diciembre solíamos adornar con rollos de papel higiénico. Y en las clases, particularmente en las de teorías de la historia de sexto semestre, me la pasaba divagando acerca de pendejadas y asunto sin importancia en un ambiente entre hippioso y valemadrista. Aunque eso sí, en el CCH aprendí a estudiar yo solito, y a leer y escribir como la gente decente, gracias a mi maestra de Introducción a Lectura, Redacción y Metodología de la Investigación Documental I y II (creo que el nombre era más largo que el semestre).

Como se puede deducir de lo anterior, en el CCH nunca anduve desvelado, ni preocupado, ni bajé de peso. Eso ocurrió más bien cuando entré a la Facultad, particularmente durante los primeros semestres, pues sucedió que mi generación era la que se encontraba en el proceso de tránsito del bachillerato a la licenciatura cuando ocurrió el paro ocasionado por la torpeza del entonces Rector Barnés de Castro, que propuso la desafortunada idea de aumentar las cuotas.

Como el paro duró alrededor de un año, sucedió que cuando se reanudaron las clases había que recuperar el tiempo perdido y los profesores se ensañaron con nosotros, pues además de resarcir el tiempo, también pretendían quitarnos los ímpetus revoltosos a punta de librazos, reportes de lectura, investigaciones, exámenes y método, mucho método.

Así que durante los primeros semestres leí y escribí como loco, dormí poco, bajé de peso y me causé una gastritis que desde entonces ha sido mi compañera fiel de todas las mañanas.

También en los primeros semestres de la Facultad conocí el verdadero significado de las fiestas universitarias y de la borracheras maratónicas con tequila de a tres pesos. Pero, modestia aparte, en la Facultad a diferencia de lo que sucedió en el CCH sí me apliqué y el mío fue uno de los mejores promedios de mi generación, sin que por ello haya sacrificado memorables momentos de diversión y solaz esparcimiento.

La gran ventaja y cualidad de la UNAM es su generosidad; pone a disposición de los estudiantes todos los medios necesarios para que se formen profesionalmente, pero depende de cada uno ellos el nivel de éxito que pretenda alcanzar.

La Universidad, a diferencia de otros centros de educación superior es universidad –universitas en el sentido latino de la acepción- debido a la pluralidad que concita en sus espacios, la cual fomenta el aprendizaje en la práctica de dos valores fundamentales que son el cimiento de la formación profesional que ofrece, a saber, la libertad de pensamiento y el respeto.

La UNAM es una universidad pluriclasista. En sus aulas se aprende a convivir en la diversidad y su carácter nacional le imprime un sentido crítico al perfil de sus estudiantes, que les faculta para pensar por si mismos.

Esto último es mal visto por algunos sectores de la sociedad, pero lo cierto es que los profesionistas pasivos, formados en universidades monolíticas en las que la pluralidad social no es precisamente una de sus características principales, no le convienen a nadie porque carecen de creatividad y prospectiva.

Esto no quiere decir que todos los que estudian o han estudiando en universidades que no sean la UNAM sean unos ineptos. Nada más alejado de la realidad. Su formación científica y/o humanística puede ser tan buena o tan mala como sus propias cualidades personales se los hayan permitido, al igual que las de quienes somos pumas, pues al final termina imponiéndose el axioma que hizo famosa a la Universidad de Salamanca en el Medioevo: per natura non da, Salamanca non presta, es decir, que la universidad no quita lo pendejo.


P.S Recuerdo que en el Taller de Comunicación del CCH elaboramos un videohome bastante mafufo, en el que parodiamos el cine mudo. Al final, en los créditos y agradecimientos pusimos una cartulina que decía: "Agradecemos al Rector Barnés por haber aumentado las cuotas". El video se exhibió en el teatro del plantel, ante unos 300 asistentes entre alumnos y profesores que estallaron en carcajadas al leer la única parte cómica de nuestra producción. Eso era libertad de expresión, sí señor.

11 ago 2009

Sólo por fastidiar

Siempre he respetado a los profesionistas egresados de otras universidades. En un país con enormes rezagos culturales como lo es el nuestro, haber llegado al nivel licenciatura es toda una odisea. No obstante, mi orgullo puma es más fuerte que mi sensatez, así que me dejé conmover fácilmente con este mensaje ramplón, del cual no todo lo que dice es cierto, pero está llegador.

Fúmenselo y compartan conmigo el orgullo de ser UNAM.




EL ORGULLO DE SER UNAM


Estudiar en el Tec de Monterrey....................$ 48,000.00 Semestrales
Estudiar en la UNITEC..................$ 28,000.00 Semestrales
Estudiar en la UVM.......................................$31,000.00 Semestrales
Estudiar en la U.N.A.M..................................NO TIENE PRECIO



Hay ciertas cosas que el dinero puede comprar, para estudiar en la UNAM hay que....chingarse.



ESTO ES PARA TODOS AQUELLOS QUE REALMENTE SE SIENTAN PUMAS


ORGULLOSAMENTE UNAM


Un estudio denominado 'Ranking Académico de las Universidades del Mundo 2005', realizado por el Instituto de Altos Estudios de la Universidad de Shangai, publicó recientemente una lista con las 500 mejores universidades del planeta.sólo una institución mexicana se colocó en esta lista: la UNAM.


Figuró en el lugar 18 (dieciocho de quinientos).



*Cuántos Premios Nobel han salido de sus aulas



*Cuántos reconocimientos por sus investigaciones



*La cantidad de artículos publicados en todos los campos de la ciencia



*La frecuencia de citas alusivas a sus publicaciones


*El desempeño de sus académicos.Así que Universitarios y mexicanos estaremos orgullosos y eternamente agradecidos de lo que fue, es y seguirá siendo la máxima casa de estudios de México y América Latina, porque en el fondo todos tenemos la SANGRE AZUL y la PIEL DORADA ¡¡¡Arriba los PUMAS!!!


SÓLO UN UNIVERSITARIO EN VERDAD HA PASADO POR ESTO:

*Sabe que la noche está hecha para trabajar

*Ha perdido el significado de la palabra 'descanso'

*Ha cabeceado en:
*el baño

*en el micro

*la combi

*en el metro

*en la comida

*en la cena

*desayuno

*pero nunca en el salón de clases.


*Entra en su casa solo para aplatanarse en la computadora, y empezar a trabajar, Dirigirse a su cama y dormir por unas pocas horas.


*Está en un café minutos antes de su clase imprimiendo aquel trabajo que llevó toda la noche realizar.



*Tiene un Menú de:

*papas

*gansitos

*refrescos

*dulces

*agua


Ha perdido el significado de lo que es 'comer en serio'.



*Baja de peso asombrosamente sin hacer dietas ni ejercicio.



*Estudia como desesperado para un examen, y una noche anterior piensa que no ha aprendido nada, vuelve a empezar y al día siguiente todo lo domina.



*Tiembla de miedo cuando hay conflictos políticos y en su Facultad empiezan las 'protestas'.



*Piensa que el olor a marihuana es el olor natural del aire.



*Solo espera los fines de semana para dormir por primera vez.



*Se ha ido a poner pedo un día antes de un examen, y aún así pasarlo.



*Sale de prácticas, trabajos, excursiones con su Facultad, y lo único que dice fue: Pero que buena peda me puse'



*Puede vivir sin comer, sin dormir, sin ver al novi@. Pero sin su computadora, internet y la tinta de la impresora, piensa en que su vida ha terminado.



*Ha tenido deseos de matar a alguien sin piedad, cuando le dicen que en la UNAM solo van puros porros malvivientes.



*Sabe lo que es soñar con un trabajo que aún no termina y es para entregar en unas cuantas horas, o con un examen que presentará en cuanto se levante.



*Sabe que el mejor lugar para dormir, es estar en el pasto de su Facultad, entre clases.



*Sabe lo que es recibir una llamada de un amig@ que no ha visto en años y desear que cuelgue ya, pues tiene un examen muy pesado al día siguiente.


*No importa cuánto le haya costado hacer una tarea, ensayo, investigación, resumen, lo que sea, para el profesor siempre estará MAL.


*No se da cuenta si a su casa le hicieron remodelaciones, nueva pintura, si tiene a algún inquilino nuevo... pero si su escritorio se lo limpian CUIDADO!!!!, el puma se pone agresivo, pues en su desorden sabe donde están sus trabajos, apuntes, libros etc.


*Muere por que le pregunten, ¿En dónde estudias? o ¿En dónde estudiaste? y contestar con un orgullo que hasta alza el cuello...'ESTUDIO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO'Ahhhhh pero que bien se siente decir eso.


*Odia cuando sus padres le dicen 'Ya duérmete es muy tarde','Mañana te levantas más temprano y terminas'. Pues que pensaran los papás? que sólo uno juega a hacer tarea? ¿o que la tarea se puede terminar en 2 horas?


*Busca remedios caseros, para quitarse esas ojeras.


*Descubre que el mejor medio para pasarse información, ponerse de acuerdo con sus compañeros es el messenger.


*Empieza a interesarse más por la situación de su país y sus deseos de estudiar dejan de ser solo por hacerlo, y se convierten en un deseo de mejorar a su país.


*Sabe que aunque teóricamente haya riñas con los del politécnico, eso es mentira, y acaba recurriendo a ellos en algunas cosas, y también se siente orgulloso cuando un politécnico recurre a él para preguntarle cosas, al fin de cuentas los 2 son chingones.


*Espera con ansias la quema de libros y batas, para hacer un muñeco de aquel profesor@ que le hizo la vida de cuadros y quemarlos al mismo tiempo.


*Sabe el orgullo que se siente portar una playera que diga 'Hecho en C.U' o 'UNAM'.



*Tiene ganas de :



* gritar

* llorar

* reír
* brincar
* rodar


Y LO HACE cuando ve en la gaceta 'ALUMNO SELECCIONADO' y saber que ha entrado a la mejor Universidad de México.



*Acepta incondicionalmente:

* dejar de dormir

* dejar de comer

* dejar su vida social

* padres

* amigos de la prepa

* compañeros

* fiestas etc.con tal de triunfar en la vida.Sabe lo que es ir a un partido de PUMAS en el estadio y sentir que la piel se le enchina cuando empieza el himno.



*Entiende el significado de un GOYA!!! que el corazón se llene de orgullo y querer llorar al tiempo que lo grita.


*Tiene el ORGULLO AZUL Y ORO DE PERTENECER A UNA DE LAS MEJORES100 UNIVERSIDADES DEL MUNDO, Y SE ENORGULLECE DE DECIR:SOY UNIVERSITARIO!!!!!!GOOOYA GOOOYA CACHUN CACHUN RA RA, CACHUN CACHUN RA RA GOOOOYA UNIVERSIDAD!!!!!!!!!!!!!!



¡Oh universidad escucha con que ardor entonan hoy tus hijoseste himno en tu honor al darte la victoria honraremos tus laurelesconservando tu historia que es toda tradición unidos venceremos yel triunfo alcanzaremos luchando con tesón por ti UniversidadUniversitarioIcemos siempre airoso el pendón victorioso de laUniversidad por su azul y oro luchemos sin cesar cubriendo asi degloria tu nombre inmortal.


MEXICO, PUMAS UNIVERSIDAD

GOYA GOYA

CACHUN CACHUN RA RA

CACHUN CACHUN RA RA

GOYA
¡UNIVERSIDAD!

5 ago 2009

Padrastro

Un ejemplo del nivel de degradación al que ha llegado mi pensamiento en estos días, es el pretexto que emplearé en esta ocasión para justificar el por qué no he escrito gran cosa.

Sucede que me duele el dedo medio de la mano de derecha; sí, el mismo con el que se hace la britneyseñal y se apoya el bolígrafo a la hora de escribir. La causa del dolor es que me quité un “padastro” (ignoro cuál sea el nombre correcto), es decir, un pedacito de piel reseca a un costado de la uña. Duele como no tienen idea, pero no sólo al momento de quitarlo, sino también durante los días posteriores.

Sé que es muy de princesa quejarse por un dolor de ése tipo, pero creo que los dolores cuando más focalizados están son más intensos. Algo similar sucede cuando te clavas una espina muy diminuta en el pie o en la mano, molesta demasiado a pesar de que es un pequeño filamento apenas visible.

Y bueno, esa ha sido la causa de mis ausencias por acá. Aunque también hay otras razones, como el hecho de estar hasta el keke de trabajo, llegar cansado a casa y pensar sólo en dormir. Además del hecho de que en estos días no hay nada que me inspire a pensar y escribir como se debe. Comienzo a sospechar que esto se debe a la falta de tiempo libre, porque de pensar, lo que se dice pensar, pues lo hago todos los días, pero los objetos de mi pensamiento son cuestiones como la correlación de fuerzas al interior de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados; los posibles candidatos de los partidos a Gobernadores en las elecciones locales que habrá el siguiente año; los datos acerca de la crisis económica y de la errada política económica del gobierno federal. En fin, que pienso sólo en cuestiones deprimentes.

Aunado a lo anterior, hace un buen tiempo que no he sostenido una charla sustanciosa que me permita echar a andar la imaginación.

Lo único que me consuela es que sigo leyendo literatura y bibliografía especializada. Por cierto, hace poco que fui a la librería casi me voy de espaldas al ver los precios de los libros de ciencia y teoría política. O sea qué les pasa a los de las editoriales. Al parecer no son concientes de que la mayoría de los politólogos somos gente de clase media que no podemos darnos el lujo de pagar entre 800 y mil pesos por un libro, por muy bueno y reciente que pueda ser. Y es que con esa cantidad bien se pueden comprar tres o cuatro buenas novelas, o 10 películas de cine no comercial pero muy entretenido.

En fin, que no quiero terminar quejándome; que de por sí de quejumbroso y “engreidito” no me bajan mis fans.

Y ya, sólo quería dar una señal de vida.

A mi tres incondicionales, un saludo. Algún día habré de recompensarles su persistencia invitándoles un cafelito.