5 ago 2009

Padrastro

Un ejemplo del nivel de degradación al que ha llegado mi pensamiento en estos días, es el pretexto que emplearé en esta ocasión para justificar el por qué no he escrito gran cosa.

Sucede que me duele el dedo medio de la mano de derecha; sí, el mismo con el que se hace la britneyseñal y se apoya el bolígrafo a la hora de escribir. La causa del dolor es que me quité un “padastro” (ignoro cuál sea el nombre correcto), es decir, un pedacito de piel reseca a un costado de la uña. Duele como no tienen idea, pero no sólo al momento de quitarlo, sino también durante los días posteriores.

Sé que es muy de princesa quejarse por un dolor de ése tipo, pero creo que los dolores cuando más focalizados están son más intensos. Algo similar sucede cuando te clavas una espina muy diminuta en el pie o en la mano, molesta demasiado a pesar de que es un pequeño filamento apenas visible.

Y bueno, esa ha sido la causa de mis ausencias por acá. Aunque también hay otras razones, como el hecho de estar hasta el keke de trabajo, llegar cansado a casa y pensar sólo en dormir. Además del hecho de que en estos días no hay nada que me inspire a pensar y escribir como se debe. Comienzo a sospechar que esto se debe a la falta de tiempo libre, porque de pensar, lo que se dice pensar, pues lo hago todos los días, pero los objetos de mi pensamiento son cuestiones como la correlación de fuerzas al interior de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados; los posibles candidatos de los partidos a Gobernadores en las elecciones locales que habrá el siguiente año; los datos acerca de la crisis económica y de la errada política económica del gobierno federal. En fin, que pienso sólo en cuestiones deprimentes.

Aunado a lo anterior, hace un buen tiempo que no he sostenido una charla sustanciosa que me permita echar a andar la imaginación.

Lo único que me consuela es que sigo leyendo literatura y bibliografía especializada. Por cierto, hace poco que fui a la librería casi me voy de espaldas al ver los precios de los libros de ciencia y teoría política. O sea qué les pasa a los de las editoriales. Al parecer no son concientes de que la mayoría de los politólogos somos gente de clase media que no podemos darnos el lujo de pagar entre 800 y mil pesos por un libro, por muy bueno y reciente que pueda ser. Y es que con esa cantidad bien se pueden comprar tres o cuatro buenas novelas, o 10 películas de cine no comercial pero muy entretenido.

En fin, que no quiero terminar quejándome; que de por sí de quejumbroso y “engreidito” no me bajan mis fans.

Y ya, sólo quería dar una señal de vida.

A mi tres incondicionales, un saludo. Algún día habré de recompensarles su persistencia invitándoles un cafelito.

4 comentarios:

LicCARPILAGO dijo...

y esos aires politico/economicos en los que te mueves ¿hacia donde estan llevando el barco? ¿vamos por buen camino o de plano sigue y seguira habiendo aguas embravecidas?


y esperemos la invitación.

Erekoze dijo...

No se si me debo considerar entre los afortunados a los que vas a invitar un café, pero lo aceptaría de mil amores. A la gorra...

Ya, tranquilo, mañana eligen al "nuevo" presidente del PAN...

suerte y que se mejore ese dedo... jajaja

Malinata dijo...

Tu nada más di cómo y cuando y por supuesto que apuntada a ese cafecito, y para los padrastros, un poco de aceite de almendras para que se te hidrate la cutícula y no te vuelvan a salir y cortarlo con mucho cuidado.
Ahora que si te quieres poner metro, una manicure muy bien hecha.
Saluditos.

SusyBlog dijo...

Jejeje pues yo estudie en una universidad a la cual amo y quiero mucho... aunque me haya metido una reverenda friega y casi llorado por las noches con tanta tarea y cosas por hacer...

pero lo valoro pues me dejo muchas cosas
bien por ti que quieres tanto a tu universidad
jejeje
saludos

su.