Existen en la caótica tradición fiestera mexicana -que tanto detestaba el amargadito Octavio Paz- una infinidad de celebraciones y pretextos para celebrar, cuya finalidad última es evitar esa maldición que recayó sobre la especie humana desde el momento mismo en que Adán y Eva, si hemos de creer en el relato biblíco escrito por un pastor de chivas para evangelizar a otros pastores de chivas, desobedecieron el mandato del siempre irritado e irascible Yaveh, acerca de no comer el fruto del árbol prohibido. Es maldición es tener que trabajar para subsistir.
Por fortuna los mexicanos desarrollamos un complejo y completo calendario de celebraciones que son ocasión de fiesta y solaz esparcimiento, que invariablemente terminan en aquelarres orgiásticos, madrazos y sombrerazos entre todos los convidados; de modo todo tal, que de los 365 días del año, si se descuentan los fines de semana,, los terribles san lunes los días oficiales de asueto, los permisos so pretexto de la defunción recurrente de la abuelita -que resucita y vuelve a morir cada 15 o 20 días- los oficios de incapacidad (para salir de la cama por las mañana), los festejos de cumpleaños de los compañeros de la oficina, las fiestas patronales, el día de las madres, el día del niño, el día del padre, el día de la secretaria, el día del abuelo, el día de la familia y el día del taco, sólo quedan unos 100 días laborables. Y eso sin contar esos originales portentos de la ingeniería mexicana de la pereza, que son los "puentes".
Pero de todos esos recursos, fiestas y celebraciones que hemos inventado para no tener que trabajar, el más largo, intenso y disfrutable es el denominado "maratón Lupe-Reyes" que tiene lugar en el siempre holgado y alegre mes de diciembre.
Gracias a la herencia cultural dejada por el sincretismo entre el catolicismo y las diversas tradiciones religiosas del México prehispánico, en el mes de diciembre se conmemora la presunta aparición de la sospechosamente virgen María, madre de Jesús (verdadero dios y verdadero hombre, de acuerdo con el filioque establecido por el concilio de Nicea), al indio Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México.
Debido a la significación religiosa de ese supuesto milagro para la definición de la mexicanidad mestiza, que tuvo posteriores consecuencias políticas, cada 12 de diciembre se celebra a la "Virgen de Guadalupe" con fiestas coloridas, música, comida y lo más importante, mucho alcohol.
Asimismo, gracias a la creatividad de los frailes catecistas de la Colonia, en México conmemoramos el adviento de María con una serie de coloridas convivencias populares que son "las posadas", las cuales comienzan el 16 de diciembre y culminan el 24 del mismo mes. Y de ahí se sigue la Navidad y después el día de los santos inocentes y luego el año nuevo y más luego el día de Reyes, que en caso de que algún chaval menor de 10 me lea, tenga por seguro que no sus papás, aunque la noche del 5 de enero los veas salir sospechosamente por la noche, para regresar con unas también sospechosas bolsas negras que esconden en el lugar donde tú también escondes tus fechorías infantiles.
De modo pues, que pa' no hacer el cuento largo, porque ya me están apurando, para mi el maratón lupe-reyes comienza el día de hoy, porque por la noche jugarán el primer partido de la final del fut los gloriosos Pumas de la UNAM, y como en la buena tradición mexicana de festejar con tequila los triunfos y consolar con tequilas las derrotas, es una obligación, pues pienso ponerme bien ebrio. Y como el mejor remedio para evitar la resaca es continuar borracho, pues pienso conservarme en alcohol de aquí al 6 de enero del próximo año.
Feliz inicio del maratón Lupe-Reyes a todos los borrachos de ocasión (como yo).
Por fortuna los mexicanos desarrollamos un complejo y completo calendario de celebraciones que son ocasión de fiesta y solaz esparcimiento, que invariablemente terminan en aquelarres orgiásticos, madrazos y sombrerazos entre todos los convidados; de modo todo tal, que de los 365 días del año, si se descuentan los fines de semana,, los terribles san lunes los días oficiales de asueto, los permisos so pretexto de la defunción recurrente de la abuelita -que resucita y vuelve a morir cada 15 o 20 días- los oficios de incapacidad (para salir de la cama por las mañana), los festejos de cumpleaños de los compañeros de la oficina, las fiestas patronales, el día de las madres, el día del niño, el día del padre, el día de la secretaria, el día del abuelo, el día de la familia y el día del taco, sólo quedan unos 100 días laborables. Y eso sin contar esos originales portentos de la ingeniería mexicana de la pereza, que son los "puentes".
Pero de todos esos recursos, fiestas y celebraciones que hemos inventado para no tener que trabajar, el más largo, intenso y disfrutable es el denominado "maratón Lupe-Reyes" que tiene lugar en el siempre holgado y alegre mes de diciembre.
Gracias a la herencia cultural dejada por el sincretismo entre el catolicismo y las diversas tradiciones religiosas del México prehispánico, en el mes de diciembre se conmemora la presunta aparición de la sospechosamente virgen María, madre de Jesús (verdadero dios y verdadero hombre, de acuerdo con el filioque establecido por el concilio de Nicea), al indio Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México.
Debido a la significación religiosa de ese supuesto milagro para la definición de la mexicanidad mestiza, que tuvo posteriores consecuencias políticas, cada 12 de diciembre se celebra a la "Virgen de Guadalupe" con fiestas coloridas, música, comida y lo más importante, mucho alcohol.
Asimismo, gracias a la creatividad de los frailes catecistas de la Colonia, en México conmemoramos el adviento de María con una serie de coloridas convivencias populares que son "las posadas", las cuales comienzan el 16 de diciembre y culminan el 24 del mismo mes. Y de ahí se sigue la Navidad y después el día de los santos inocentes y luego el año nuevo y más luego el día de Reyes, que en caso de que algún chaval menor de 10 me lea, tenga por seguro que no sus papás, aunque la noche del 5 de enero los veas salir sospechosamente por la noche, para regresar con unas también sospechosas bolsas negras que esconden en el lugar donde tú también escondes tus fechorías infantiles.
De modo pues, que pa' no hacer el cuento largo, porque ya me están apurando, para mi el maratón lupe-reyes comienza el día de hoy, porque por la noche jugarán el primer partido de la final del fut los gloriosos Pumas de la UNAM, y como en la buena tradición mexicana de festejar con tequila los triunfos y consolar con tequilas las derrotas, es una obligación, pues pienso ponerme bien ebrio. Y como el mejor remedio para evitar la resaca es continuar borracho, pues pienso conservarme en alcohol de aquí al 6 de enero del próximo año.
Feliz inicio del maratón Lupe-Reyes a todos los borrachos de ocasión (como yo).
3 comentarios:
hola niño!!! uy tenia mucho que venia a leerte... en serio piensas andar borracho todo este tiempo...
se acerca el fin de año tu y yo estamos de vacaciones... deberiamos vernos para darnos el abrazo
bueno es chido saber que sigues escribiendo aqui y que siempre que te leo necesito mi diccionario ;)
Como buen mexicano, se ve que cumples al pie de la letra con lo que dictan las tradiciones y costumbres, así que disfruta al máximo el maratón de este año.
Espero que el estado etílico en el que te adentrarás por casi un mes, no te haga olvidarte de tus lectores y de vez en cuando des una señal de vida. ¡¡¡SALUD!!!
Mmh... tristemente no son campeones los pumas!!!
Supongo que eso también puede empujarte al alcohol... con lo que el puente LR no cambia en nada su anticipada llegada!
Un beso
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