14 sept 2009

Yépez, la generación yo-yo y un apunte previo

Aquí yo otra vez con mis colaboraciones de “copia y pega”. En esta ocasión le toca nuevamente el turno a Heriberto Yépez, que publicó un texto muy entretenido y hasta divertido, pero no por ello irreflexivo o irrelevante, en el que habla de la “generación yo-yo”, que para mi buena suerte quienes la integran nacieron algunos años después que yo, que dicho sea de paso, ya no sé a qué generación pertenezco; esto es, no soy de la generación X porque no soy un treintañero cocainómano, pero tampoco soy de la generación yo-yo; más bien me quedé a la mitad. Quizá de ahí venga mi desencantado escepticismo y mi sombría visión de la realidad, que tampoco es catastrófica porque en medio de tanto desmadre aun tengo la capacidad de usar mis neuronas en la búsqueda de alternativas.

Cierto, muchas de las personas pensantes de mi generación somos escépticas y pesimistas, pero no rayamos en el nihilismo y la autodesactivación, con todo y que una de nuestras frases preferidas sea “¡qué güeva!”.

En fin, que recomiendo ampliamente la lectura del texto de Yépez; mientras tanto seguiré sumido en la crisis de autoestima que me provocó la lectura del dictamen relativo a un artículo que escribí para una antología cuyo tema es la exclusión social.

Los del comité editorial me pusieron como lazo de cochino y todavía me duelen los ojos por haber leído que el manejo de datos estadísticos en mi texto era “vago e impreciso”. Así que ahora, además del trabajo de la oficina tengo el trabajo de reescribir mi texto para que pueda ser publicado.

Por estos días tenía la intención de escribir acerca de las fiestas chovinistas propias de este mes, pero no he tenido el tiempo necesario. Ya habrá oportunidad.

Ahora sí, aquí va Yépez.
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La Generación Yo-yo

Heriberto Yépez

Después de la Generación X (1967-1976 aprox.) apareció otra generación cuyo mote oficial es “Millenials” (N. Howe y W. Strauss) o “Me Generation”. Su rasgo principal: el ultra-narcisismo.

Prefiero llamarlos Generación 1984 o, en directo, Generación Yo-yo. Ególatras, divertidos y redundantes, los yoyos nacieron en los ochenta y noventa.

La generación anterior estaba marcada por el dúo USA-URSS y, por ende, su visión por default era el maniqueísmo.

La Generación Yo-yo sólo conoció el dominio norteamericano. Son unidimensionales. Creen que sólo hay una manera de hacer las cosas. Y quieren saberla (¡ya!) y aplicarla.

USA es su URSS.

Neonarciso nació en el mercado super-individualista. Para un yoyo volverse sabio significa alcanzar una buena autoestima.

Poco profundos o creativos, su ¿virtud? es “hacer caso” y ser más disciplinados que los apáticos X.

Son autoritarios. Después del desastre de la contracultura, quieren poner “orden”. Son posmo, es decir, no creen que haya diferencia alguna entre la cultura alta y el pop. Juegan a ser tolerantes. Para ellos, ¡todo es cool! Creen que la clave de la existencia es tener la información correcta. (Internet es lo máximo.) Pero como crecieron en un mundo con una sola visión aprobada, los yoyos creen que escuchar muchas opiniones es “bueno” para formar “su propio criterio”.

Popstars —de Amanditita a Britney—, su finalidad es la fama; hacer que su yo sea amado por el mundo tanto como ellos ya lo aman.

Obama me ama y mi e-mail me mima. Y si no me aman, entonces me hago emo.

Según sus propios apologetas, los yoyos son neomoralistas, de altos estándares, y aunque no son innovadores son perseverantes.

¿Su meta? Quitar todo lo que los separe de ser “yo mismo”.

Una vez alcanzado, comienza la autopromoción infatigable vía MySpace, Facebook o YouTube.

No tienen vida, obra o, siquiera, carrera. Tienen campaña.

Ya nacieron sin dios o causas. Pero siguen siendo antropo-crédulos y cuando buscaron en qué creer, encontraron su imagen.

La psicología a nivel mundial no para de asombrarse del crecimiento imparable del narcisismo, amor al estado actual (yo, la perfección andando).

El narcisismo —insatisfacción satisfecha de sí misma— ya es pandemia.

Los yoyos harán que las economías progresen debido a su consumismo, su tecnofilia y, en general, por saber aprovechar los recursos ya existentes. Por eso el iPod y por eso el Kindle.

We are Wikipedia.

El gran problema de los yoyos es que no innovarán n@d@. Ni su literatura, tecnología o investigación serán significativas: lo único que los yoyos desean es hacer más cómodo su mundito. No crean: adaptan. No aportan: se apropian.

Infatuados de sí mismos, nada harán por el mundo.

No dejarán huella. Será como si no hubieran existido.

No pasarán a la historia: los yoyos están hechos de otros. Next!

Milenio Diario, 12/09/2009.

2 comentarios:

Unknown dijo...

excelente aportación...creo que yo soy de la llamada "ultima generación cuerda"...y sip, creo que se antoja un texto crítico acerca de la realidad de nuestro país, no se si me aventaré a escribir algo o me limitaré a leer a avilés o al astillero en la jornada los siguientes dias, un enletrado saludo..!

Anónimo dijo...

este texto me llego!!
mmm... yo hablando de "yo"...
empezamos mal, pero bueno,que decir? soy de esta generacion...ja
irremediablemente me identifico con una q otra cuestion planteada,q coraje!
pero mi idealismo aun me permite pensar q sere una de esas excepciones...
q bueno es leer esto, empezar por darnos cuenta de la realidad en la q vivimos, ser conscientes y sí,cambiar el "yo" y darle la bienvenida al "tu",
ojala, ojala que la descripcion de mi generacion no fuera cierta...