... a propósito del shock político-electoral de estos días
Recuerdo que una de las preguntas obligadas que hacían los profesores en los primeros cursos de Historia Universal en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM era ¿para qué sirve la Historia? ¿tiene alguna finalidad práctica su estudio? y generalmente las respuestas que dábamos los alumnos de 15-16 años se resumían básicamente en que estudiar la Historia no servía para nada.
En esos momentos tales respuestas tenían sentido, pues quién a esa incipiente edad en la que sólo se es remotamente consciente del presente, se preocuparía por mirar atrás en el tiempo para observar lo que una bola de rucos aburridos, solemnes y bastante histéricos habían hecho.
Sin embargo, y no sé si por paradojas de la vida, sólo al paso de los años vamos dimensionando en sus justos alcances la importancia del estudio de la Historia, pero principalmente de la conservación de la memoria.
Conocer la Historia y conservar la memoria son dos actos intrínsecamente relacionados no sólo para comprender el presente, sino también para proyectar el futuro.
Al respecto, Jean Paul Marat, decía que los pueblos que desconocían su historia estaban condenados a repetirla y recalco que fue Marat y no Jorge Santayana como se cree, mientras que Bertrand Rusell muy irónicamente preguntaba: "¿por qué repetir los errores pasados si hay tantos nuevos por cometer?".
Esto viene a colación a propósito de la reflexión en torno al resurgimiento electoral del PRI en los últimos años como una opción viable para gobernar al país.
Según algunos datos estadísticos, pareciera que la mayoría de los votantes que han sufragado a favor de dicho partido se encuentran en el rango de los 18-25 años, es decir, se trata de personas que nacieron entre 1986 y 1993; ciertamente hijas de las crísis económicas crónicas que padeció el país durante esos años, pero también de los niveles mínimos de democracia que se comenzaron a registrar a partir de 1994, cuando tuvo lugar la primera elección con elementos básicos de credibilidad y competencia entre distintas opciones partidistas que disputaron la Presidencia de la República.
A esos nuevos votantes ya no les tocó, como sí fue el caso todavía de aquellos de la generación a la que pertenezco, ver a un país monolítico en el que existía un sólo partido político con posibilidades reales de triunfo electoral, una sola televisora productora de los contenidos informativos y de entretenimiento que consumíamos pasivamente y una sola autoridad pública con poder de decisión real, que era el Presidente de la República.
Desde luego que a esos nuevos votantes ya no les tocó ver el caso del "hermano incómodo" del Presidente, que se enriqueció a costa del erario público, ni el del gobernador de Quintana Roo arrestado y encarcelado por sus vínculos con el narcotráfico; ni mucho menos el de los cientos de militantes del PRD perseguidos, encarcelados y asesinados sólo por exigir elecciones limpias en varios estados de la República.
De manera que, al carecer de un conocimiento aunque sea vago de la historia reciente de México, esos electores lograron ser seducidos por el marketing electoral de un partido que en vez de plantear plataformas ideológicas presenta catálogos de maniquíes insulsos y vacuos como candidatos a distintos puestos de representación.
Y bueno, si muy jacobinamente hubiera que realizar un juicio sumario a quienes votaron por el PRI, muy probablemente esas generaciones obtendrían un indulto sustentado en la estupidez propia de su edad. Pero los que definitivamente no merecerían el perdón de entre 30 y 40 años que perdieron la memoria, ignoraban la historia o de plano se hicieron pendejos. Así tal cual, sin medias tintas.
1 comentario:
Deja lo de hacerse pendejos, por desgracia estamos hablando también de mujeres que creen que apoyando al PRI, apoyan al "guapísimo" :S Peña Televisa Gaviota Nieto yeqqqqqqqq.... En fin, que efectivamente tenemos mucha memoria histórica, pero yo diría que lo que está faltando enormidades en este nuevo entorno político social lleno de juventud desenfrenada, es la calma y tranquila facultad de los mayores para regalarnos un poco de "memoria colectiva", así, los "chavitos" sabrían que el Pan ha matado a mucha gente... ¡uy si, como a seis en Acteal! y por eso no debemos permitir que sigan en los pinos los del Pan, mejor votamos por el Pri que hasta eso, no mata a tanta gente... (Palabras de una estudiante de sociales de la UAM), y yo observándola con mis ojos de pistola cargados de sangre del 68 pero desgraciadamente, estaba la chavita tan metida en su discurso que ni cuenta se dio de mi mirada asesina :S
Así es esto de la juventud moderna.
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