Pues nada. Sucede que la publicación de mi
último texto en esta atalaya de pendejadas y asuntos sin importancia ha
levantado la ceja de más de uno de mis dos asiduos lectores provocando
extrañeza, no sé si por mi muy oxidado estilo narrativo, o por el contenido del
relato.
En el primer caso, perdonadme ortodoxos. Yo
que más quisiera que poseer una técnica fluida. Pero no soy profesional.
Escribo a lo lírico.
En el segundo caso, no hay nada qué leer
entrelíneas. No es un desahogo, no es una confesión, ni tampoco una proyección.
Sencillamente se me ocurrió jugar un poco con esos elementos motivado más o
menos por un texto que leí acerca de la existencia de las dimensiones paralelas
y la hipotética expansión del Universo.
Sé que el resultado, es decir, mi texto, es
bastante piñaton. Pero quería hacerlo, a ver qué resultaba.
Y resultó.
Agradezco a quienes se toman el tiempo
menesteroso en leerme y por eso pensé que sería demasiado aburrido atosigarlos
con alguna fumada política, teológica o pseudofilosófica.
De vez en vez hay que escribir algo
diferente.
Por lo demás, y a propósito de escribir, ya
superé la cantidad de textos escritos en el 2011, lo cual es un sano indicio de
que mi racha de buena voluntad para retomar mis vomitadas textuales ha sido muy
prolongada durante este año.
Ya en los próximos días escribiré un poco
sobre un tema que entre sorna y no, da para detenerse a pensar un rato: el
final del mundo.
¿Qué haríamos si realmente el mundo acabara
algún día preciso? ¿Cómo sería ese último día sobre la Tierra? ¿Qué
pensaríamos? ¿Cómo nos sentiríamos? Son preguntas que tal vez nunca nos hemos
planteado en serio, o tal vez lo hemos hecho en lo individual y en la intimidad, si es que tenemos tendencias suicidas, en cuyo caso la noción del final de la
existencia es precisamente eso, un final individual.
Pero tal vez la perspectiva cambia si se
piensa el tema en términos colectivos. El mundo es un artificio humano, hecho
por la colectividad; por tanto, uno pensaría que su final sería una
preocupación de todos.
En tanto encuentro el tiempo para poder
escribir acerca del tema, doy aquí una señal más de vida y de ganas de
continuar escribiendo.
Un saludo para todos los que me leen.
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