Para quien haya fruncido el ceño con el nombre de Wislawa Szymborska, debo decir que es una escritora que nació en 1923, en Bnin, un pequeño pueblo cercano a Kórnik, una ciudad ubicada en la región de Poznan, al oeste de Polonia.
Como todos los polácos que nacieron en la primera mitad del siglo XX, a Szymborska no podía conmoverla nadie más que ella misma, cuando se miraba al espejo por las mañanas, debido a que le tocó padecer los horrores de las dos guerras y especialmente las invasiones alemana y rusa, que la obligaron a desplazarse hacia Cracovia. Ahí, en la capital polaca, estudió Filosofía y Sociología.
Su vida transcurrió sin mayores sobresaltos, trabajando como crítica literaria, hasta que en 1996 el comité del Premio Nobel de literatura, siempre en busca de escritores medio desconocidos (para desgracia y rabia de los best sellers como García Márquez y demás hierbas), decidió que ella era la indicada para recibir el reconocimiento internacional.
El libro por el cual se hizo merecedora del Nobel fue Fin y principio, una recopilación de poemas que parecieran muy de sentido común, pero que en el fondo revelan una gran complejidad y una profunda mirada hacia la contingencia implícita en la cotidianidad.
En lo personal la poesía me produce nauseas, pero este poema de Szymborska, realmente es magnífico. Bien leído produce una reflexión acerca de la inmanencia de ése cúmulo de sentimientos confusos a los que a falta de un mejor nombre hemos denominado amor.
Para esta escritora poláca el amor es simple y siempre está ahí...
Amor a primera vista
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres añoso incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
3 comentarios:
O sea, esto qué Dr. no la chingue. Además de que ya casi ni escribe, ahora resulta que le gusta la poesía pop. Aunque no deja de ser interesante que una mujer polaca de las guerras mundiales escriba de esta manera. Sobre todo si considera que sus escritores preferidos, Kertesz, Kundera y todos los demás, están atravesados por la melancolía y la sordidez.
Como sea, esa es poesía pop a lo Jorge Drexler y nada más.
¿En qué momento lo perdimos Dr.? Ya sólo falta que comience a escribir de sus tribulaciones existenciales en los bares de Polanco, como el Big Red o el Sky.
Como sea, aprovecho para enviarle los saludos de su amigo Chucho Cantera, que ahora ya no tiene a quien criticar en sus clases, ni con quien pelearse por el cubículo.
Cuídese
Mauro
Bueno, a mi tampoco me gusta la poesía..supongo que únicamente la que soy capaz de entender..y esta la entiendo.
Gracias
YA LO CREO QUE SUFRES DE ALGO QUE NUBLA TU ENTENDIMIENTO COMO NUNCA LO HE PODIDO CONCEBIR, POR ELLO HOY SI ME VEO OBLIGADA A EXPRESAR ALGO, SOBRE ESTE RECIENTE BLOG ¡QUÉ TE PASA!!!!!!
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