Otra vez debo disculparme con mis dos gentiles lectores por dejar temporalmente en el abandono esta atalaya virtual, desde la cual puedo contemplar la vacuidad del mundo, desde mi propia perspectiva carente de sentido.
Habrán de disculpar si de pronto parezco más pesimista de lo habitual, pero la decepción/preocupación/temor por el triunfo del PRI en las elecciones pasadas no son para menos. Y digo, si alguien votó por tan honorable partido, pues es muy respetable su elección, pero yo soy del grupo de los escépticos y desconfiados respecto a la posibilidad de que la dinosauriza que se dispone a pedorrear las curules del Palacio Legislativo de San Lázaro, sea lo el país requiere en estos momentos, y mucho menos lo suficientemente progresista y comprometida con las amplias mayorías que han resultado vejadas por la difícil situación económica.
Aunque del lado de los otros partidos la situación no es más reconfortante; los panistas se volvieron más retrógradas y atávicos que de costumbre y los perredistas, petistas y convergentes dan pena, lástima y risa al mismo tiempo.
Creo que el único mexicano ganón y enteramente satisfecho con los resultados electorales es “Juanito”, el gazmoño ése que pusieron como candidato del PT para la Delegación Iztapalapa y que tuvo sus cinco minutos de fama, con los que probó con suficiencia que la democracia, como decían los clásicos, es decadencia.
Aunado a lo anterior me doy pena a mi mismo por haber sido tan ordinario como para creer por un momento en la vulgar idea de la existencia del amor (otra vez). Y como decía José Alfredo Jiménez: nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores… Pero prometo que no vuelve a suceder y de ahora en adelante, en lugar de hacerle caso al filósofo de Guanajuato, seguiré la máxima del filósofo de Ciudad Juárez, cuyo máximo aforismo transontológico es ese que dice: yo no nací para amar, nadie nació para mí. Aunque esto no significa la sustracción total del mundo de los placeres carnales que, cosa interesante, puede ser redituable cuando te sientas en la barra de un bar o en una mesa solitaria de un café, y pones cara de desolación…
En fin, que si no había escrito anteriormente había sido por falta de tiempo y por exceso de trabajo; definitivamente extraño mis días de pobresor universitario, cuando tenía vacaciones y podía llegar tarde al cubículo a leer el periódico y jugar solitario ¡eso era vida!
Habrán de disculpar si de pronto parezco más pesimista de lo habitual, pero la decepción/preocupación/temor por el triunfo del PRI en las elecciones pasadas no son para menos. Y digo, si alguien votó por tan honorable partido, pues es muy respetable su elección, pero yo soy del grupo de los escépticos y desconfiados respecto a la posibilidad de que la dinosauriza que se dispone a pedorrear las curules del Palacio Legislativo de San Lázaro, sea lo el país requiere en estos momentos, y mucho menos lo suficientemente progresista y comprometida con las amplias mayorías que han resultado vejadas por la difícil situación económica.
Aunque del lado de los otros partidos la situación no es más reconfortante; los panistas se volvieron más retrógradas y atávicos que de costumbre y los perredistas, petistas y convergentes dan pena, lástima y risa al mismo tiempo.
Creo que el único mexicano ganón y enteramente satisfecho con los resultados electorales es “Juanito”, el gazmoño ése que pusieron como candidato del PT para la Delegación Iztapalapa y que tuvo sus cinco minutos de fama, con los que probó con suficiencia que la democracia, como decían los clásicos, es decadencia.
Aunado a lo anterior me doy pena a mi mismo por haber sido tan ordinario como para creer por un momento en la vulgar idea de la existencia del amor (otra vez). Y como decía José Alfredo Jiménez: nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores… Pero prometo que no vuelve a suceder y de ahora en adelante, en lugar de hacerle caso al filósofo de Guanajuato, seguiré la máxima del filósofo de Ciudad Juárez, cuyo máximo aforismo transontológico es ese que dice: yo no nací para amar, nadie nació para mí. Aunque esto no significa la sustracción total del mundo de los placeres carnales que, cosa interesante, puede ser redituable cuando te sientas en la barra de un bar o en una mesa solitaria de un café, y pones cara de desolación…
En fin, que si no había escrito anteriormente había sido por falta de tiempo y por exceso de trabajo; definitivamente extraño mis días de pobresor universitario, cuando tenía vacaciones y podía llegar tarde al cubículo a leer el periódico y jugar solitario ¡eso era vida!
3 comentarios:
las vacas del amor andan verdaderamente flacas...ehh?
mejor cuentanos de esa nueva desilusion amorosa que te a orillado a desgarrarte las tripas en el teclado una vez mas... pero con ese estilo ácido intelectualoide que te caracteriza y con ello de paso complaces a cupido que erró la flecha.
y bueno, que decir de "Juanito"... al pueblo pan y circo... aunque ultimamente ha habido mas circo que pan y como que ya hace hambre.
PD: he intentado encontrar tu mail en los perfiles del blogger pero la nueva imagen de tu blog no tiene los links standar, ¿como hace uno para enviarte un mail?
Continuo tus referencias melomanas...Como decía Emmanuel: " eso era la vida, y se fue mi juventud sin saber ue era la vida"
Hace mucho que no te leía y mucho menos te comentaba, pero eso si, te puedo decir que tus rolas habían sido fieles acompañantes de desvelos pasionales (es en serio!), y ya que habíamos agarrado el ritmo ¡Nos las quitas! Pues qué pasó con ese respeto, ¿No que era tu mamá virtual? (Por si lo olvidaste, nos conocimos en el Netlog, tenía la foto de una viejita).
Por otro lado, extraña si y hermosa también historia la de este amor revolucionario y revolucionado, nada más ni nada menos entre el dueño de la frase: "Escuela, pan y jabón" y de la que se dice, es la primera feminista mexicana... QUÉ DUO DINÁMICO NI QUÉ NADA!
Supongo que ya lo leiste, pero si no, hay una novela histórica "La sombra del Ángel", que narra esta historico-amorosa novela desde lo recolectado de aquí y de allá de la nuera de la finada, que ego a parte, se fue a matar nada más y nada menos que en Notre Dame (Oops, no se si así se escribe ;))
Un saludo y siempre es bueno tener buen material para lectura cuando el mundo anda tan jodido, aunque ahora recuerdo, a veces uno también anda bien jodido jijiji.
Saluditos y esperaré la publicación del, ahora si, texto amoroso que borraste.
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