28 sept 2007

Lección de humildad

En unos minutos me iré a dar mi clase, y como el resto de la tarde díficilmente tendré tiempo para escribir el post del día, pues aprovecho para hacerlo de una vez.

Al respecto, había pensado en publicar una diátriba conservadora y amargosa en contra del reggeton, pero eso requiere tiempo para poder destilar a gusto toda la repulsión que ese demoníaco ritmo me genera.

Así que mejor pondré un fragmento de la selección de capítulos de la novela de Frederic Beigbeder que preparé para leerles a mis alumnos en la clase. Esto con la finalidad de no agobiarlos con puros rollos fumados acerca del ser, la apariencia y demás elucubraciones arendtianas. Además de que de esa manera los acerco por única vez en su vida (y en su bajada también) a la literatura.

Aunque pensándolo bien, creo que la novela de Beigbeder es más catárquica que la obra de Hannah Arendt. En fin, eso ya es un problema de apreciación.Por lo pronto ahí este fragmento de El amor dura tres años que está genial:

Lección de humildad

Resulta bastante exasperante darse cuenta de que uno se hace las mismas preguntas que todo el mundo. Es una lección de humildad.

¿Hago bien abandonando a alguien que me quiere?

¿Soy un hijo de puta?

¿De qué sirve la muerte?

¿Voy a cometer las mismas estupideces que mis padres?

¿Se puede ser feliz?

¿Es posible enamorarse sin que la cosa termine en sangre, esperma y lágrimas?

¿No podría ganar más trabajando menos?


Fredreric Beigbeder, El amor dura tres años, Anagrama

3 comentarios:

Luis dijo...

si, querido amigo..no hay nada nuevo bajo el sol. Lo bueno que tenemos es que como la vida sólo la vivimos una vez, no nos llega a aburrir del todo. Si la esperanza de vida sigue aumentando puede que acabemos cortándonos las venas (o dejándonoslas largas!)
Mientras podamos seguir recibiendo curas de humildad es que realmente no lo sabemos todo, ¿no?
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Hola que tal!
Es increible verdad?, que sin importar donde estas, de donde vienes o hacia donde vas, todos nos hagamos las mismas preguntas. Pero a pesar de todo realmente son nuevas para nosotros, pues aunque alguien se las haya hecho antes; en ese momento son muy nuestras, son nuestro dilema, y nuestras angustias....
te envio un gran saludo Victor, que estes super bien.

Anónimo dijo...

Aunque en tiempo pasado ya hayas citado a Fredreric Beigbeder en este mismo espacio, siempre es un placer leerte; sobretodo por que dejo de hacerlo por semanas y cuando regreso me entero de todo sin tener que quedar en un "to be continued..." que siempre me desespera...

Como sea, solo quería dejarte un saludo.

Ah!, y un consejo: Devuelve el libro, desviando los pensamientos que, posiblemente, llegue a tener tu doctora acerca de tus gustos por la lectura, con una sonrisa, una buena excusa (que de eso si sabes!!!) y una rosa... créeme, cursi y todo lo que quieras, pero será tal la atención que ella pondrá en la flor que olvidará el resto.

Digo, perdón de antemano que "brinque" en este tema, seré yo la menos indicada, y sin el ánimo de ofenderte, si publicas algo así es por que pretendes recibir comentarios acerca de esto... Y también es por que no me gusta ver a nadie en dilemas.

Cuidate mucho.

Cordialmente

Paola