Entonces el maestro habló con las siguientes palabras:
–Está en la naturaleza humana cometer estupideces, todo el tiempo. De ahí que la madurez no se mida por la experiencia y la sabiduría acumuladas durante los años vividos, sino por la capacidad de refinar e innovar las idioteces que se cometían a los 15 cuando se está a punto de llegar a los 70-.
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