4 feb 2008

Febrero

Febrero ha comenzado desde cuatro días atrás. Aunque me hubiese gustado poner un post el día primero, no me fue posible hacerlo. Entre otras cosas porque anduve hasta el queque de trabajo. Sí, trabajo; por díficil que eso pueda parecer. En tanto la revolución no me haga justicia, continuaré dentro de las estadísticas de los asalariados al servicio del Estado mexicano, levantándome trempano para ir a aplastarme en la silla neumática, detrás de un escritorio, frente a una computadora desde la que esto escribo, en un diminuto cubículo en el que apenas cabemos mi espíritu, yo y unos cuantos libros.

No se piense por esto que no amo mi trabajo. La verdad es que más feliz no podría estar. Hago lo que me gusta, y además me pagan por hacerlo. En fin, que el punto en este post no son mis vicisitudes laborales, sino el mes que corre. Un mes que por muchas razones es importante en nuestro calendario. Es el mes de la Constitución, del Ejército, de la Bandera y de la conmemoración del natalicio de uno de los más grandes proceres intelectuales que haya dado este país de globos, bicicletas, Carlos Monsivaises y Octavios Paces.

Y bueno, como no todo en esta vida puede ser perfecto, Febrero tiene una pequeña imperfección: es también el mes que alberga una de las celebraciones más estúpidas, ridículas y consumistas que hayan inventado las tiendas departamentales, los dueños de hoteles y moteles y los restauranteros. Sí, Febrero alberga el "día del amor y la amistad".

Si existe el Grinch en la Navidad, yo me declaro abiertamente el Grinch en el día de san Valentín, que es -o era- el nombre oficial con el que la Iglesia celebraba a un martir que habría muerto por ahí del 278, en Roma o en Mais.
No deja de causar mórbida curiosidad reparar en que la Iglesia dejó de festejar ese día en 1969, por aquello de la alusión sexual de los últimos dígitos y el simbolismo pagano relacionado con la fertilidad, que desde sus orígenes envolvió a esa celebración.
Como haya sido, lo importante acá es que desde hace algún tiempo por causa de mi Sino maldito o de la simple contingencia, he tenido que padecer el´14 de Febrero más sólo que Adán en el día de las madres. De ahí que haya decidido, igualmente desde hace algún tiempo, emprender una jornada de resistencia civil pacífica en contra de la ridiculez y el esterotipo que ése día se puede percibir por todos lados.
Así que ya en este espacio pondré algunos fragmentos de textos bien interesantes, en los que el denominador común es afirmar que el amor puede ser cualquier cosa, menos felicidad. No por lo menos la felicidad que los medios se han encargado de construir y difundir...
P.S Este año también me tocará padecer solito el 14 de Febrero, pero esta vez será así porque la doctora corazón anda en Torreón

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ouch! creo que muy en el fondo si quisieras celebrar ese día por demás comercial eh...
Aprovechando que eres especialista en la materia, quisiera preguntarte ¿qué es o como se puede definir el establishment político? Esto a razón de que hace unos días, leí en un diario una opinión referente al intercambio de palabras entre Andrés Manuel López Obrador y Ruth Zavaleta, a raíz de la entrevista que ésta última sostuvo con el secretario de gobernación.
Quizá estoy menospreciando al llamado presidente legítimo, pero no creo que la gobernabilidad del país (es una posible interpretación que le doy al término)dependa de lo que él pueda opinar o no.
Se que toda consulta honorarios, así que espero me hagas llegar la cuenta, pero que también me ayudes a despejar mi duda.
Saludos y buen inicio de semana

MAEL dijo...

¿algún día, va a dejar de complotear contra el 14 de febrero?
voy a terminar por creerle!
Felicidades a el "procer intelectual" caray! como pude olvidarlo.
¡FELIZ 14 DE FEBRERO!