14 feb 2008

Proust

Alguna vez Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust (otro pensador con nombre de galán de telenovela), dijo que el amor era como las maldiciones de los cuentos de hadas, es decir, que su duración dependía de la duración del hechizo.

Mucho tiempo después, Frederick Beigbeder, otro francés, dijo con relación al amor, que los cuentos de hadas sólo existían dentro de los cuentos de hadas porque la realidad era mucho muy decepcionante.

En lo personal pienso que el amor en si mismo no existe, o si existe, nos está vedado a los falibles, viscerales y punitivos seres humanos, conocerlo en este mundo. De manera que sólo queda la esperanza, la fe en que allende la muerte, lo que aquí sólo conocemos como idea, allá, en ese espacio etéreo donde habrá de levitar el espíritu, habremos de conocerlo en su esencia.

Y no. No se trata de una suposición producto de la decepción, la amargura o la nostalgia. No si sé si sea claro, pero yo ya me entiendo. Se trata de una conjetura que en el fondo apunta a la epistemología, e incluso, a la teología. A la charitas deus est.
Finalmente, por paradójico que pueda parecer, aunque pienso que el amor no existe, creo en su posibilidad porque alguna vez vi su rostro.

3 comentarios:

Filosofando al vacío dijo...

Desde nuestra individualidad accedemos y no accedemos a muchas cosas, o a veces lo hacemos o no lo hacemos de la misma manera, y algunas de esas cosas son el amor, la felicidad, el bienestar, etc. A veces lo mejor es que si existe el Amor, la Felicidad, el Bienestar, etc. podamos acceder a ellos, aunque sea a nuestro modo, pero si no existen tampoco pareciera variar mucho, es decir, no pareciera variar en el hecho de no poder acceder a algo que no existe y acceder de manera relativa, ambos modos, al fin de cuentas, pareciera una mera ilusión, por supuesto, con diferentes grados de realidad, pero ilusión al fin.

saludos
Alejandro

Unknown dijo...

Gracias.

Paola

Anónimo dijo...

Maese le sugiero q lea otro libro, verá q le va a gustar mucho, es 100% altamente recomendable.
"amor y occidente" de
Dennis Rougemont.
Muy bueno y fascinante.