29 abr 2007

Sexo y Filosofía IV

En la modernidad la relación entre Sexo y Filosofía continuo siendo muy ríspida, debido a que heredó el antagonismo centenario entre razón y sensación a favor de la primera.

De hecho, durante la modernidad y hasta hace muy poco tiempo, asistimos a la exaltación de la razón en detrimento de las pasiones y los apetitos. Sin embargo, es posible aunque muy arriesgado señalar que el acercamiento más próximo entre Sexo y Filosofía se dio bajo la forma literaria en la obra del Marqués de Sade.

El problema al respecto es que esa aproximación ha sido las más de las veces malentendida y descalificada como aberrante, cuando en realidad lo que hizo Donatien Alphonse Francois (nombre de pila del Divino Marqués), fue denunciar la decadencia ética de una sociedad aristocrática putrefacta, y establecer una deontología negativa que invita a la búsqueda y conocimiento de la virtud como remedio contra el vicio y las apetencias que, efectivamente, llevan a los hombres a la perdición y a la degradación moral.

Otro caso de acercamiento entre Sexo y Filosofía, aunque a nivel más bien personal, fue el de Jean Jacques Rousseau, el filósofo ginebrino autor del Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres y de La nueva Eloisa.

Aunque a través de sus escritos podemos apreciar a un gran moralista y republicano, preocupado por los valores en los que deberán ser educados los ciudadanos, la verdad de la vida cotidiana de Rousseau resulta decepcionante, porque fue un vividor y un mujeriego irresponsable, capaz de mandar a sus hijos a los hospicios públicos para desentenderse de la responsabilidad criarlos y mantenerlos.

Para finalizar, habría que considerar que la relación entre Sexo y Filosofía no ha mejorado mucho, pues pareciera que los filósofos se han resignado a vivir alejados de los placeres mundanos, entre ellos los del cuerpo. Además de que, por el propio perfil y las exigencias de la disciplina, que implican el rigor reflexivo y la capacidad de abstracción, es lógico pensar que los filósofos no son precisamente los casanovas que las mujeres esperan.

De hecho, cuando han intentado adoptar ese papel el resultado ha sido dramático, pero también grotesco e irónico; como en el caso del chaparro bigotón de Nietzsche: la única vez que tuvo relaciones sexuales, se contagió de sífilis…

Quizá el tipo ideal de filósofo, en relación con el sexo, sea Kant. Él solía decir que cuando necesitaba una mujer no tenía los medios para mantenerla, y que cuando los tuvo, ya no la necesitaba.

Kant murió célibe, pero feliz.



P.S Quisiera agradecer la inspiración y compartir el crédito de este comentario con mi amiga Tania Walls, pues si no hubiésemos hablado al respecto con un buen café de por medio, este texto no hubiera formado parte de la larga lista de mis debrayes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

lo unico que quiero saber es porque nos tratas como estupidos a quienes leemos lo que escribes. todo esto es una pinche burla no mames

ClarOscuro dijo...

La curiosidad me trajo por aqui... Seguro que Mae West se inspiró en kant cuando afirmaba “El sexo es como una partida de mus: Si no tienes una buena pareja… más te vale tener una buena mano.”

El Marqués de Sade siempre me cayó bien, será por eso de que siempre fue mal interpretado.

Un título muy original para el blog.

Saludos

Srta. Maquiavélica dijo...

wowow Marques de Sade es un maestro de la literatura erotica¡¡ oye ese anonimo es igual de sentido q yo jajaa
besitos maquiavelicos

Anónimo dijo...

"Kant murió célibe, pero feliz"
jaja disculpa mi ignorancia literaria, pero... ¿eso lo dijo kant o fue una nota personal? jaja que proyecccion. XD