1 abr 2008

TolerEMOS II

Una disculpa sentida por el retraso en la publicación de esta segunda parte del post acerca de los emos. Lo que sucedió es que se atravesó el fin de semana, y como en esos días mis neuronas entran en hibernación, pues prefiero aprovecharlos para descansar, ver películas y rascarme la panza.

Sin embargo, pasado el fin de semana, así como un lunes inusualmente complicado, he aquí la segunda parte.

Matando emos: una invitación a la violencia.

En estricto sentido, la “cultura” emo, al igual que las otras “culturas” urbanas, se agota en la propuesta estética. Es decir que, a diferencia de algunos movimientos y sectas religiosas –como el satanismo, por ejemplo- que tienen tras de si un precario pero existente respaldo doctrinal, ésos colectivos carecen de alguna obra o exponente capaz de definir los propósitos de su movimiento. Incluso, a diferencia de otros colectivos urbanos que han llegado a definirse en función de un género musical –como los punks, darks o skates- los emos son completamente eclécticos: todo aquello que refleje un estado emocional específico puede ser definido, desde tal supuesto, como emo (al respecto creo que todas las canciones de cantina son emo, y los Tigres del Norte, Carlos y José y Paquita la del Barrio pueden ser ubicados como los pioneros del emo en México… pero eso sería exagerar un poco).

Así pues, emo es una forma apocopada –una contracción, pues- de emocional. No deja de resultar interesante, a propósito, que son precisamente los seguidores de esta tendencia de moda –porque hay que recordar que su propuesta es, en estricto sentido, meramente estética- los mismos que mutilan con atrocidad el lenguaje, utilizando apócopes como refri(gerador), tele(visión) y Cuerna(vaca); envían mensajes SMS indescifrables, y ante la mínima provocación sueltan un cansino “¡qué güeva!”.

El emo, entonces, podría definirse como una tendencia hacia la expresión de las emociones, particularmente aquellas de tipo depresivo que, como vehículo de expresión de una supuesta inconformidad que no lo es tanto, intenta expresarse en la indumentaria y la actitud de decepción y tristeza.

Al respecto, Heriberto Yépez apunta con su punzante y corrosivo estilo que: “Los emos son la primera contracultura cute. Lo nice y cute son categorías estéticas de la sociedad de consumo para halagar lo sanforizado. Lo gnomo-bonito. ¿Lo emo? Ser sentimental. Ser la flower sin el power.


El ethos emo festeja lo depresivo. Se trata de un estado mental en que los jóvenes se victimizan, se sienten incomprendidos y hacen del chantaje emocional y el patetismo exhibicionista sus lemas vitales. Aunque suene cruel, los emos son el combo completo de clichés romanticones. Solaz escena del sentimentalismo crucificado.



Los emos son los rebeldes sin fuerzas. Y es que justo en el momento en que se necesitaría que las nuevas generaciones dieran el golpe letal al sistema moderno, los emos —qué casualidad— juegan a hacerse los muertos.
” (Milenio Diario, 28/03/2008)

Hasta aquí parece que no hay problema. Grosso modo eso significa ser emo.

El problema es el por qué de la aparición y auge de esa tendencia entre muchos jóvenes, particularmente adolescentes. Y aquí es donde verdaderamente deberían estar los sociólogos formulando explicaciones.

A riesgo de escribir una burrada, tengo la impresión de que el apogeo de esa pretendida forma de expresión de la inconformidad, guarda una estrecha relación con la actual situación de incertidumbre económica y política que vive el mundo.

Después del ataque a las Torres Gemelas, la invasión a Afganistán e Irak, los desastres naturales de enero del 2005 en las costas asiáticas, la preocupación creciente por el problema del calentamiento global y los indicios de una crisis estructural del capitalismo (otra vez, por muy insensiblemente socialista que esto pueda sonar), todos tendríamos razones sobradas para deprimirnos o ponernos a gritar como señoras gordas histéricas.

Sin embargo, las actuales generaciones que han acogido y se han identificado con lo emo, son aquellas que nacieron durante la primera mitad de los años noventa, cuando todos los símbolos de identidad colectiva a los que se habían asido amplios sectores sociales, ya se habían derrumbado estrepitosamente.

Ellos nacieron en la total y absoluta desesperanza ideológica, en la crisis axiológica (de valores, pues) y en la incredulidad y el escepticismo religioso.


Paquita la del barrio ¿emo?

Es comprensible, aunque no del todo (aceptable), su fastidio, su decepción y dejadez frente a una realidad social de la que desde el primer intento de inserción, se sintieron excluidos.

Algo similar pasó con otras expresiones de insatisfacción e inconformidad social que ahora, desdibujados sus orígenes, se han lanzado en una campaña de persecución contra sus pares en exclusión.

Los punks, por ejemplo, fueron los hijos malparidos de la crisis del Estado de bienestar que comenzó a gestarse hacia finales de los años setenta en Europa. Los skates fueron el resultado de la llamada “década pérdida” (los años ochenta), así como de las consecuencias sociales de las políticas de ajuste instrumentadas para sanear la crisis fiscal del Estado durante los años noventa.

Zygmunt Bauman, un importante sociólogo europeo, denominó a estos grupos como los parias de la modernidad líquida. Y en efecto, a partir de la mayor interacción económica propiciada por la globalización tecnológica, se registró una vertiginosa homogeneización, o más bien sincronización, de procesos económicos y sociales en muchas latitudes que ni siquiera habían llegado a un mínimo grado de desarrollo y evolución política para asimilar la nueva realidad y los nuevos desafíos que, llegados desde fuera como influencias, se apropiaban sus sociedades. La brecha entre ricos y pobres se amplió y justo en medio de ésta quedaron numerosos agregados sociales en total precariedad.

Por otra parte, lo emo como manifestación de anomia social, correspondió en sus inicios estrictamente a las sociedades avanzadas, en las que los procesos de interacción entre las estructuras económicas, políticas y sociales trastocaron la esfera de la intimidad y propiciaron un repliegue hacia aquello que su momento Epicteto de Frigia llamó “la ciudadela interior”.

Está imagen simplemente está genial


Sin embargo, a partir de la creciente presencia y penetración de la Internet y los medios de comunicación de alcance global, lo emo llegó a sociedades menos avanzadas, en las que cualquier viso de mínima significación de protesta o inconformidad social que portara consigo la manifestación original de tal tendencia, fue despojada para acoger solamente lo estético. Esto porque este tipo de sociedades, con todo y los problemas de disfuncionalidad que padecen, son todavía profundamente gregarias.

En fin, que para finalizar este comentario quisiera llamar la atención hacia la tolerancia. Nótese que he empleado la palabra tolerancia y no la palabra respeto, porque exigir esto último y obtenerlo entre grupos que han sido agraviados, estigmatizados y marginados, es realmente muy difícil.

Si los emos ya están ahí hay que darles el derecho a expresar su inconformidad, así sea de una forma tan apática y apolítica como la que ha decidido adoptar. Ya cuando sean gentes mayores y la fuerza de las costumbres y las reglas sociales los vuelvan señores calvos y señoras gordas, con hijos, y completamente angustiados –ahora sí con justa razón- por las precarias condiciones de vida prevalecientes, entonces caerán en la cuenta de su error, y como lo dicta la norma, será ya muy tarde para enmendarlo; como medida desesperada intentarán que sus hijos no cometan la misma sandez. Pero para entonces ellos, los hijos, ya se habrán definido como seguidores de la tendencia de moda. Y así, hasta continuar reproduciendo sistemáticamente el ciclo de estupidez propia de los humanos.



P.S En lo personal los supuestos emos ni me caen bien, ni me caen mal; sino todo lo contrario. Lo que sí me jode es que tengamos un sistema educativo y una clase política valemadrista, que no se ocupa de darle un mínimo de esperanza a esos sectores de la sociedad que, a querer o no, arrastran hacia la inmovilidad y la apatía a muchos otros.

Otro aspecto de toda esta situación de intolerancia que resulta harto preocupante es la homofobia que está adquiriendo. La principal razón de los grupos que persiguen a los “emos” es acabar con su “homosexualidad”.

Y bueno, detrás de todo esto no hay ninguna campaña de ultraderecha, ni mucho menos. Eso es una insensatez que se le ocurrió decir a un supuesto (supuesto porque un académico serio ni diría tal idiotez tan tendenciosa) “investigador” –Héctor Castillo Berthier- del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (disculpadnos, pero también los universitarios tenemos nuestros propios idiotas orgánicos). Detrás está más bien la profunda ignorancia, el desconocimiento, los resabios de una cultura autoritaria que se niega a desaparecer y que representa el principal obstáculo para nuestra incipiente democracia. Y como se sabe, tanto la ignorancia como la estupidez son incapaces de distinguir entre tendencias ideológicas.

P.S 2 Ya sé que necesitaría vivir en Tibet para entender la situación de represión y persecución de que son objeto los tibetanos por parte del gobierno chino. Y ya sé que esto va a sonar a insensiblemente socialista, pero es una injusticia lo que esos chinos cochinos están haciendo con la población tibetana. Más allá de la frívola solidaridad con los monjes que han mostrado diversos sectores -en el afán de mostrar su ideario progresista- está la cuestión del atropello a los derechos humanos de quienes se atreven a reclamar la libertad de su pueblo. Eso siempre será condenable.

9 comentarios:

The broken woman dijo...

Hola Víctor, pues muchas gracias por tu comentario en mi blog, que apenas esta recién abierto, sientete afortunado por ser la primera persona en dejarme un mensaje, jejeje, y bueno efectivamente coincidimos en algunas cosas que manejaste en tu segunda entrada acerca de los emos, y muy independiente de que sea psicóloga, pues esto de las etapas de la vida, es algo que me impartieron en mis materias de desarrollo humano I y II, en nuestra querídisima casa de estudios, porque bueno yo también soy universitaria egresada de la Facultad de Psicología en el 2003, hace pocos años, y regresando al tema que nos atañe, tienes razon, la etapas de la vida son ondas sociales que nos hemos inventado al paso del tiempo, porque si bien es cierto en algunas culturas, estas ni siquiera existen provocando que desde pequeños se tengan responsabilidades de "adultos", y en cuanto a mi sueño, pues lo publique porque estuvo raro, sin embargo pues no se interpretar sueños y Freud, pues me cae medio gordo, pero bueno, espero sigamos en contacto.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

hola niño!! tenia mucho tiempo que no te leia... mmm eso de los emos pues no se, creo que ellos se lo han buscado no??

lo que estuvo super cool fue la foto de paquita la del barrio me dio mucha risa

bueno cuidate mucho y pues ojala que nos veamos pronto no??

besitos

LicCARPILAGO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LicCARPILAGO dijo...

Estimado Vitochas...

acabo de escuchar de principio a fin el playlist que tienes.

Exquisita seleccion.

very good, very good!!!

Anónimo dijo...

un emo es tan efimero ,como un corazon que ha sido curado.

emotions dijo...

yo soy emo pues me interesa todo lo bueno y malo que dicen de nosotros

Anónimo dijo...

OYE QUE BUEN ARTICULO DE VERDAD QUE ME GUSTO ,SOY DE VENEZUELA Y COMENSE A INVESTIGAR ACERCA DE ESTA CULTURA POR UN EMAIL QUE ME LLEGO Y ME PARECIO MUY DESCONSERTANTE PORQUE AUN NO ME CABE EN LA CABEZA QUE ESOS CHICOS SE DESEEN EL MAL PARA SI CUANDO EN ESTE MUNDO YA BASTA CON LOS PROBLEMAS QUE TENEMOS PARA DESEARNOS MAS , ME PARECE ALARMANTE ,ESTOS CHICOS A SIMPLE VISTA PARECEN DEPRESIVOS Y PARA LLEGAR AL PUNTO DE FORMAR SU PROPIO GRUPO ES ALGO DE PREOCUPARSE LOS ENTES GUBERNAMENTALES A LOS QUE LE CONCIERNE ESTE TIPO DE ASUNTOS DEBERIAN TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO YA QUE SE ESTA PONIENDO EN PELIGRO LA VIDA DE ESTOS MISMOS CHICOS POR LA HOMOFOBIA QUE ESTAN DESPERTANDO ES CUESTION DE CULTURIZAR , BRINDAR TRATAMIENTOS PROFESIONALES A ESTOS CHICOS QUE REALMENTE LO NECESITAN Y QUE LOS PADRES LE BRINDEN EL APOYO NECESARIO ,PORQUE TAMBIEN ATAÑE AL NUCLEO FAMILIAR DE DONDE VIENEN ESTOS CHICOS . CABE DAR UN GRAN CONSEJOS A ESTOS CHICOS "PIENSEN MUY BIEN LO QUE VALLAN A HACER, LAS TENDENCIAS QUE VALLAN A TOMAR YA QUE DESPUES QUE TE DES CUENTA DEL HUECO EN EL QUE ESTAS METIDO VA A SER MUY TARDE PARA SALIR, Y TU PROPIO MUNDO CREADO TE VA A DEJAR SIN SALIDA" DIOS PERDONA SEÑORES PERO EL TIEMPO ... EL TIEMPO NO

Anónimo dijo...

yo soy angel y respeto la forma de vida que optaron, me parese normal cada uno con su vida

Anónimo dijo...

si no saben los emos somos personas q sufrimos mucho siempre buscamos la manera de hacernos daño,xq la mente se nos cierra y lo unico con lo que nos identifican es la soledad y forma de pensar de la vida es que es una basura y no tiene sentido vivir.. y a quien le importa el otro a quien le importas tu si en este puto mundo todos cargan con su cruz... dejen de meterse en la vida de los emos xq cada uno es como quiere ser,nosotros tenemos mas sentimientos q cualquier otra persona